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Eres casado no te divorcies

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Eres casado no te divorcies

Por Sandra B. Lindo Simonín

Cuando alguien se casa, empieza la lucha más difícil de toda la vida. Al dar ese paso, debe procurar el bienestar del otro. Sus intereses cambian, su mayor preocupación pasa a ser su familia, que en tiempos difíciles, puede llegar a ser una carga pesada porque al venir las aflicciones, una cosa es que usted tenga que sufrir carencias y otra que sus allegados también lo hagan. Si falta comida, siempre sufrimos más porque afecta a nuestros seres queridos. Los casados tienen que dedicarse a luchar por sus dependientes, mientras que los solteros no tienen esa responsabilidad.

Al casarse, la obra de Dios tiene que tomar segundo lugar, porque la primera prioridad es agradar al cónyuge.

Todos quisiéramos que nuestra pareja nos agradara un 100%, pero eso no ocurre, siempre encontramos algo que nos desagrada de nuestra pareja, puede ser su forma de hablar, de vestir, su trabajo, su desconfianza, su poca autoestima, sus emociones, sus celos, sus problemas emocionales, sus temores, su falta de apoyo entre muchas otras que solo quien está casado podrá entender.

Cuántas veces te encuentras con sorpresas desagradables por cosas que esperabas que fueran hechas por tu cónyuge y no suceden. Nadie puede agradar a nadie si primero no se interesa en lo que le importa a esa persona. Si no nos preocupamos por conocerle y lo que le agrada, nunca le agradaremos.

¿Le conoces bien?, ¿conoces sus gustos, lo que le gusta comer, hacer, disfrutar, leer, ver?, si no, pues es tiempo de tener conversaciones más productivas que te permitan conocerle. Conozco parejas que no saben cuál es la comida favorita de su cónyuge, no saben aquello que les disgusta. ¿Te has preguntado qué es lo que más le disgusta?, es probable que si no se lo has preguntado, nunca lo sepas, porque no siempre lo decimos.

El agradar a nuestra pareja también tiene que ver con vivir una vida en santidad, apartados de los pensamientos de obscenidades, cuando nos apartamos del egoísmo de nuestro corazón, cuando dejamos la envidia, cuando buscamos lo mejor para él o ella, cuando le perdonamos y le tratamos con paciencia. 

Solo basta recordar todo aquello que hacíamos para conquistar a nuestro cónyuge, hacerlos sentir amados y que nos importa.

Tratar de agradar no es imposible, solo se necesita de buena comunicación y entendimiento de nuestra pareja, si lo logramos podremos llevar un matrimonio más acorde a los principios bíblicos

Sé que parece difícil, y a veces lo es, pero no es imposible, y no se trata solo de agradar en las cosas superficiales, sino de tratar de mantenernos en santidad, servicio, apoyo y amor constantes para con ellos.

Tu pareja lo agradecerá y ambos se sentirán florecer en el amor que se cultiva con paciencia y servicio.

Realicen el siguiente ejercicio, elabora una lista de lo que crees que necesitas para superar el matrimonio, y a un lado apunta lo que debe hacer tu cónyuge. Asegúrense de que ambos hagan lo mismo. Es muy importante que los dos hagan el ejercicio. De otra manera: “Esto puede convertirse con facilidad en una cuestión sobre lo que la otra persona debe hacer”.