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Eric Cisneros, los retos de la gobernabilidad

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Por Edgar Hernández*

 

¡La legalización de la droga, a consulta!”, adelanta el próximo Secretario de Gobierno

 

De cara a un Veracruz desmantelado, en bancarrota, derruida la seguridad pública y con acendrado odio social, el reto de la gobernabilidad para el próximo gobierno de Cuitláhuac García, está en serio riesgo.

Eric Cisneros habla de un gobierno de diálogo que habrá de trabajar no para la próxima elección, sino para “la próxima generación de veracruzanos”.

La realidad habla, sin embargo, de urgencias.

En materia de seguridad pública asalta la duda en torno a si el próximo gobierno  va a dialogar o a combatir al crimen organizado que hoy que está migrando la negociación con los Zetas al Cartel Nueva Generación.

Es en el mismo entorno donde se mueve un número no determinado –acaso 500, tal vez 15 mil como sostiene MaryJose Gamboa- de desaparecidos cuyos familiares, la mayoría ligados a grupos criminales, disponen de la simpatía ciudadana y el respaldo de organismos humanitarios internacionales.

Eric Cisneros es un hombre de paz con mano firme convencido de que habrá diálogo y respeto a la crítica constructiva, no a la que adjetiva o “pone en tela de juicio el color de  mi piel o mi complexión”.

Confirma además que habrá convenios con los medios.

Mil 200 medios de comunicaciones impresos, radiotelevisivos y virtuales, están, sin embargo, inmersos en una tan angustiosa como larga espera por saber “de a cómo” van a ser los convenios, a cuántos incluye y cómo inscribirse en las interminables listas de apoyos financieros.

Deseosos asimismo los comunicadores por saber cuál será el metro y medida que ponga fin a la escalada gubernamental en la relación a los 22 periodistas asesinados ante lo cual no hay claridad al haber sido criminalizados.

La gobernabilidad se finca en el respeto a la libertad de prensa y la apertura informativa hoy condicionada al boletín.

Por tanto ¿Cómo hacer uso adecuado de la TV estatal (RTV) en favor de más de 8 millones de veracruzanos, en las tareas de información, orientación y servicio social, así como el entretenimiento que contribuyan a la paz social?

La gobernabilidad del próximo gobierno se finca en la Protección Civil en el marco del cambio ambiental y las nuevas estrategias de sustentabilidad y apego a normas de legalidad que impidan decisiones precipitadas como la registrada en Plaza Animas con el intencionado desaliento de la libre empresa o las inundaciones en Veracruz producto de talas y disposición de humedales, tal como argumenta Eric Cisneros.

Sin embargo es sustantivo considerar las torpezas gubernamentales y abusos de autoridad en localizados casos como el de Plaza Animas, donde se gestó el terror ciudadano por las imprudencias del alcalde –por cierto de Morena- Hipólito Rodríguez.

O en el caso del corredor Veracruz-Boca del Río en donde la familia Yunes Linares dispone a diestra y siniestra de playas y predios en el marco de inadecuadas obras de saneamiento y medidas de protección civil.

La gobernabilidad se finca en el respeto al pluripartidismo, pero el reto en el escritorio al primero de diciembre, será cómo seguir manteniendo la aceptación ciudadana ante el eventual resurgimiento de la oposición panista (un millón de votos duros reales y comprobados) y la del PRI (500 votos reales y leales).

Es una utopía creer que su mandato de Morena será eterno aunque las cosas no les salgan bien.

Y, finalmente, cómo alcanzar la gobernabilidad en torno a quien entra al relevo.

Cómo construirle la circunstancia a un mandatario, Cuitláhuac García, que carece de todo –liderazgo, simpatía, carisma, personalidad, imagen y discurso político- y requiere de la reconstrucción de un entorno propagandístico que provoque el orgullo veracruzano.

Cuitláhuac, cómo Diógenes, anda a la busca de colaboradores. Se equivoca, sin embargo, al hacer pública su urgencia ya que quienes vivimos en Veracruz y nos dedicamos a la cosa pública sabemos que en el directorio telefónico no están los mejores doctores, arquitectos y contadores.

Quienes aspiren a gobernar deben disponer como requisito mínimo de un prontuario –no de especulaciones- del quién es quién en ese mar de ocho millones de veracruzanos donde han salido presidentes de la república, científicos, músicos y poetas, escritores y galenos de alto prestigio internacional.

Que pobre se ve Cuitláhuac llamando a esa búsqueda.

La magia de la gobernabilidad está, en efecto, en el equipo. La personalidad, sin embargo, si se carece se tiene que construir.

El problema no es solo que quiera, sino el tiempo que apremia.

Veracruz ya no está para improvisar o inventar políticas públicas como la legalización de las drogas, el aborto o la propia seguridad pública por la vía del referéndum.

Se debe disponer de una definición de proyectos y personajes en donde se maduren definiciones como las del propio gobernador electo, Cuitláhuac García, quien adelanta –como si fuera una tómbola- que para seguridad pública podría ser un militar, un marino o una mujer.

No es de tin, marín, de do pingüe como se determina el destino de los veracruzanos.

Para subir al cielo se necesita algo más que una escalera grande y otra chiquita.

Así que -amigo Eric- bienvenido a Veracruz. Te sacaste el tigre de la rifa.

Tiempo al tiempo.

 

*Premio Nacional de Periodismo

 

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