ESCUCHAR A JESÚS
ESCUCHAR A JESÚS
Xalapa, Ver., a 13 de marzo
de 2022.- El evangelio que se proclama este segundo domingo de cuaresma en la liturgia
de la Iglesia Católica (Lc 9,28b-36) describe la Transfiguración del Hijo de
Dios. Este acontecimiento viene narrado después del primer anuncio de la pasión
de Jesús y revela su identidad. Se trata de un pasaje bíblico que por una parte
manifiesta quién es Jesús y por otra prepara a los apóstoles para superar el escándalo
de la cruz, ayudándoles a comprender la gloria de la resurrección.
El anuncio de la muerte
de Jesús probablemente escandalizó a más de uno de los discípulos, sobre todo a
aquellos que alimentaban expectativas triunfalistas, con esta revelación se
declara que la muerte no aniquila el proyecto de Jesús; ella llegará en su momento
y mostrará toda su fuerza y destrucción, pero será vencida porque Jesús es el
Hijo de Dios. Dentro del hijo de Dios existe una fuerza interior, una luz que destruirá
las tinieblas.
Por medio de la transfiguración,
Jesús revela a sus discípulos cuál es el sentido de su futuro dramático: LA
GLORIA LLEGARÁ DESPUÉS DE SER RECHAZADO Y SUFRIR LA MUERTE. Esto nos recuerda una
esperanzadora enseñanza ya presente en el libro bíblico del Éxodo: Detrás del desierto
está la tierra prometida. La experiencia dura del desierto no puede acabar con la
esperanza. El desierto pasará. La muerte y el sufrimiento aparecerán en su
momento, pero no debe escandalizarlos. La muerte será superada por la nueva vida
que viene con la resurrección.
Luego de la
transfiguración, los apóstoles escuchan también este mensaje: ESTE ES MI HIJO, MI
ELEGIDO, ESCÚCHENLO. La transfiguración por lo tanto, no sólo revela quién es Jesús:
él es el Hijo de Dios y es la luz que necesitamos para vencer las fuerzas del mal
que nos acechan. Presenta además un camino que el discípulo debe cultivar para
que también se vaya transfigurando, este camino es el de la escucha del hijo de
Dios.
El camino para salir
triunfantes de las fuerzas del mal es ESCUCHAR A JESÚS EL HIJO DE DIOS. Él es el
único que nos puede ayudar a superar los signos de la muerte. Quien escucha a
Jesús encuentra la verdad y la vida. Encuentra la salvación. Esta invitación
que viene del Padre celestial nos recuerda el Shema Bíblico: ESCUCHA ISRAEL el
Señor nuestro Dios es el único Señor, no hay otro. A Jesús lo podemos escuchar
en nuestro interior a través de la conciencia pero también cuando leemos su
palabra en la Biblia o cuando nos acercamos a las personas y contemplamos su realidad.
Existen desde luego
otras voces seductoras que se presentan hoy al ser humano pero que no corresponden
a la verdad. Son voces manipuladoras que pervierten la realidad y que se
presentan con apariencia de bondad. Son como las voces de la tentación que
Jesús escuchó en el desierto y que lo invitaban a apartarse del proyecto de Dios.
En
la escena de la transfiguración que se narra el segundo domingo de cuaresma, Dios
Padre nos muestra a su Hijo y nos invita a escucharlo. La revelación de Dios se
nos muestra por medio del rostro de Jesús. “Quien me ha visto a mí, ha visto al
Padre”, dice Jesús en el evangelio de Juan (Jn 14, 9). Jesús nos muestra el rostro
misericordioso del Padre.
Con
la cuaresma nos encaminamos a la gloria de la pascua, estamos llamados a transfigurarnos
escuchando la Palabra de Dios.