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ESFUERZO

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ESFUERZO

“El verdadero buscador crece y aprende,

y descubre que siempre es el principal responsable de lo que sucede”.

Jorge Bucay

 

 

Mtra. Irasel Negrete Ronzón

 

Nos  encontramos  en  una  época  en  donde  el  esfuerzo  no  pareciera  ser  una  cualidad  necesaria  para  el  éxito, un ejemplo  muy  claro  en la  educación  básica es  que  no  se  puede  reprobar  a los  estudiantes  así  que  asistan  o  no  a  clases, entreguen  tareas  o  no, aprendan  o  no,  aprueban, esto  me  parece  que  es  un  mensaje  confuso  puesto  que  cuando  nos  enfrentamos  a la vida  nos  damos  cuenta  de  que  el  esfuerzo  no  sólo  es  importante  sino  necesario  y  el que  exista  exigencia  no  es  atentar  contra  los  individuos  sino  motivarlos  a  encontrar  su  mejor  versión.

 

El presente artículo es mi opinión acerca de la relevancia del esfuerzo en la formación de cualquier individuo y de cómo en la casa y en la escuela debemos sembrar este valor para dotar a los estudiantes de las herramientas necesarias para conseguir sus metas y sentirse así orgullosos, felices y plenos.

 

Para iniciar, el esfuerzo es, de acuerdo a la Real Academia de la Lengua Española el “empleo enérgico del vigor o actividad del ánimo para conseguir algo venciendo dificultades”, otra definición encontrada en el diccionario de Oxford es que es “una virtud del ánimo, relacionada con la fuerza o el empeño con que afrontamos una dificultad o nos proponemos alcanzar un objetivo”. El esfuerzo se fortalece de valores como la constancia, la confianza, la paciencia, la perseverancia, la esperanza sin dejar de lado la energía que está presente para el logro de las metas.

 

Varios investigadores han abordado este tema, César Coll catedrático de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad de Barcelona afirma que «Sin esfuerzo no hay aprendizaje, pero el esfuerzo no es gratuito», agrega que «el esfuerzo no es una condición sino el resultado de un proceso en el que interviene la motivación del alumno. Se esforzará si piensa que vale la pena, por tanto, es un problema que se traslada a los profesores y al sistema educativo». Los alumnos, opina, deben darle sentido a lo que aprenden.  Según palabras del pedagogo Oliveros F. Otero, es la consecuencia de movilizar el arsenal de nuestras energías, para superar una resistencia, interna o externa, que obstaculiza el logro de un objetivo , de una meta, de un fin importante, sobre todo cuando está relacionado con nuestro crecimiento como personas, por otro  lado, Senador Pallero menciona  que: «Valorar el trabajo diario en clase, concretar contenidos, planificar, acordar con el resto del profesorado sobre lo que pueden y tienen que hacer los alumnos, adaptar la enseñanza a lo que son los chicos y no a lo que querríamos que fueran, valorar el hacer más que el recordar, potenciar el trabajo cooperativo y desarrollar hábitos de convivencia podría ayudar a que se desarrollen sus voluntades»

 

Por lo tanto, ya sea en casa o en la escuela los adultos debemos ser modelos de perseverancia, paciencia y voluntad, conocer los motivos que les mueven a los niños y adolescentes a esforzarse, ser firmes y exigir el esfuerzo, estimular la independencia y la autosuficiencia, procurar que se proponga la consecución de metas y proyectos, estimular su autocontrol y paciencia, habituarlo a asumir sus compromisos con respeto y responsabilidad. ¿Qué pasa cuando no nos esforzamos? Podemos estar viviendo una vida que no queremos ya que estaremos influenciados por los deseos de otras personas en lugar de los nuestros, por lo tanto, podremos sentirnos insatisfechos y frustrados, en cambio cuando nos esforzamos y conseguimos lo que queremos, obtenemos confianza, nuestra autoestima es mayor, descubrimos talentos y nos sentimos dueños de nuestro futuro.

 

Así que habrá que ir trabajando tanto en nuestra persona como en los estudiantes en terminar  aquellas  tareas  por pequeñas  que  sean,  ver  el  lado  positivo  de  los  “fracasos”, planificar  y  organizar  las  actividades, darle  sentido  a  lo  que  hacemos, entender  que  en  ocasiones  es  necesario  el  sacrificio, ser  responsables  y  buscar  lo  que  nos  motiva  a  ser mejores  cada  día… ¡A esforzarnos!