ESTABILIZAN CIENTÍFICOS DE LA UNAM EL MANANTIAL OJO DE AGUA
ESTABILIZAN CIENTÍFICOS DE LA UNAM EL MANANTIAL OJO DE AGUA
• En la zona
ubicada junto al Desierto de los Leones se abren nuevas perspectivas en la
gestión urbana, con innovación y responsabilidad social: Alberto Hernández
Hernández
Un equipo de investigadores de los institutos de
Geofísica y de Geología de la UNAM, denominado Grupo de Investigación en
Gestión Integral del Agua Subterránea (GIGAS), coadyuva al cuidado y
estabilización de las fuentes de agua naturales en la comunidad de Ojo de Agua,
en la Ciudad de México, con la Comunidad Agraria de Santa Rosa Xochiac.
La colaboración permite a los habitantes
de la zona -ubicada junto al Desierto de los Leones, en la alcaldía Álvaro
Obregón- enfrentar los crecientes desafíos en el manejo del recurso natural.
Mario
Alberto Hernández Hernández, investigador por México adscrito al Instituto de
Geofísica y participante en el proyecto “Donde nacen nuestros recursos
hídricos: el legado histórico de la comunidad de Santa Rosa Xochiac”, precisó
que la comunidad que vive cercana al bosque ha dependido históricamente del
suministro del vital líquido a través de la descarga del manantial Ojo de Agua,
a fin de satisfacer sus requerimientos diarios, incluyendo prácticas culturales
arraigadas en sus tradiciones.
Sin
embargo, prosiguió, con la reducción de su descarga debido a la constante
extracción subterránea de este elemento en la urbe, se ha afectado la conexión
del acuífero con el manantial, haciendo evidente la necesidad de revisar esta
problemática de manera integral y sostenible.
Lo
anterior, dijo, ha permitido sensibilizar a la sociedad sobre la importancia de
la autogestión hídrica, abriendo nuevas perspectivas del aprovechamiento del
agua en la gestión urbana y destacándose como ejemplo de innovación y
responsabilidad social.
Parte
del trabajo realizado implica rehabilitar tinas ciegas y represas de
mampostería, gaviones y madera para retener el agua de lluvia en el bosque de
forma efectiva, fomentando su infiltración en el suelo y la recarga de
acuíferos; además de que en los inmuebles de la zona se habilitaron tejados e
instalación de dispositivos para su colecta local (techos urbanos). De esta
manera se puede utilizar para riego, limpieza u otros servicios no potables,
con lo que se reduce la demanda sobre el suministro público.
Adelantó
que se plantea instalar una estación climática que sería operada por
científicos de la UNAM para medición de variables locales de precipitación,
temperatura, evaporación, la cual proporcionará datos puntuales sobre el clima
y el ciclo hidrológico en la zona, información crucial también para prever
eventos extremos y lograr su máxima optimización. Además, son favorables
campañas de monitoreo de cambios en la cobertura vegetal por acciones de
reforestación.
Hernández
Hernández precisó que las actividades emprendidas han permitido iniciar
trabajos en la delimitación de áreas de recarga y determinar los parámetros
óptimos para diseñar sistemas de captación que maximicen la eficiencia en la
recolección. Se labora en la instalación de dispositivos de monitoreo para
evaluar en tiempo real la cantidad de agua captada, lo cual sirve de insumo
para ajustar las estrategias de intervención y garantizar el aprovechamiento
sostenible del recurso.
De
manera adicional, indicó, se ha cooperado estrechamente con distintos sectores
de la comunidad, mediante talleres y jornadas de capacitación para difundir el
conocimiento sobre las potencialidades del agua pluvial y reconocer cada
fuente, a fin de transformarla en una herramienta para mitigar la crisis
hídrica.
La
integración de la población, sostuvo, ha sido un factor decisivo en el éxito
del proyecto, pues la labor conjunta ha promovido el diálogo entre habitantes
locales, autoridades, expertos nacionales y extranjeros, generando un ambiente
de cooperación y aprendizaje mutuo.
El
investigador recordó que se han desarrollado mapas colaborativos y el registro
de testimonios que evidencian la importancia de las fuentes de agua de lluvia
para el sustento de diversas actividades cotidianas. Asimismo, se han impulsado
iniciativas para la construcción de sistemas de almacenamiento y distribución
para dotar de agua a zonas vulnerables de la Ciudad de México, contribuyendo
así a mejorar la calidad de vida de numerosos hogares.
A pesar
de los avances, el universitario reconoció que aún quedan desafíos por superar,
entre ellos ampliar la red de captación en áreas que presentan menor densidad
poblacional y que, por ende, se encuentran en riesgo de sufrir desabasto.
La
optimización de la infraestructura existente, la actualización de los equipos
de medición y la profundización en el estudio de la variabilidad climática son
tareas fundamentales para consolidar los logros, subrayó.
Fuente UNAM