EXHIBE RIHANNA SU EMBARAZO; REINVENTA LA MODA DE MATERNIDAD
EXHIBE RIHANNA SU EMBARAZO; REINVENTA LA MODA DE MATERNIDAD
Desde que Rihanna anunció su
embarazo a finales de enero a través de Instagram y de una foto de paparazzi
ingeniosamente escenificada de ella y su pareja, ASAP Rocky, mientras paseaban
bajo el viaducto de Riverside Drive, su estilo de maternidad ha estado
caracterizado más por la ropa que no se ha puesto que por la que sí.
No se ha puesto vestidos
holgados. No se ha puesto pantalones de mezclilla para embarazadas. De hecho,
casi no se ha puesto ropa.
En cambio, ha mostrado su
vientre desnudo en todo momento: con flecos verdes drapeados y pantalones con
degradado durante un evento de belleza de Fenty; con un sujetador, una blusa
azul transparente desabrochada sobre su barriga y unos pantalones de mezclilla
grises de talle bajo en el Súper Tazón.
Con pantalones negros
adornados con dragones, un top de vinilo y un tocado de cristal en un desfile
de Gucci; con un vestido tipo baby-doll transparente sobre un sujetador de
encaje y pantaletas de Dior; y, más recientemente, con un cuello alto de
organza de Valentino sobre una falda de lentejuelas y un top en la fiesta que
organizó Jay-Z después de los premios Óscar.
En la historia de los
embarazos de personalidades famosas, nunca ha habido una exhibición como esta.
No es de extrañar que la
reacción general entre los sitios que se dedican a cubrir a las celebridades
haya sido de éxtasis intenso. «Rihanna sigue poniéndose los atuendos de
maternidad más atractivos de todos los tiempos», cacareaba HighSnobiety.
«Rihanna está reinventando por sí sola el ‘estilo de maternidad’», rezaba
Glamour U.K.
Tienen razón, por supuesto.
Sin embargo, en realidad, sus elecciones de estilo son sólo el principio. Al
vestirse para enfrentar al mundo con la realidad física de su embarazo de forma
tan consistente, Rihanna ha ido más allá de hacer una simple declaración de
moda.
Está haciendo una «declaración
totalmente transgresora y muy política», dijo Liza Tsaliki, profesora de
estudios de medios de comunicación y cultura popular en la Universidad Nacional
y Kapodistríaca de Atenas, Grecia.
Solo que todo se enmarca en el
conocido tema recurrente de «la panza de la celebridad embarazada». Es algo
astuto, ¿no?
El resultado es un vertiginoso
remolino de fenómenos contemporáneos, entre los que se encuentran: (1) la
cultura de las celebridades, de la que cada vez tomamos más ejemplos de los
famosos para informar nuestro consumo y comportamiento; (2) lo que Tsaliki
llama «la estetización del cuerpo y la vigilancia de la cintura de las
mujeres»; y (3) la política moderna.
Todo eso hace que esta
historia de la ropa de embarazada vaya mucho más allá de un mero modelo a
seguir para «vestirse igual».
Al fin y al cabo, dice Renée
Ann Cramer, vicerrectora de la Universidad de Drake y autora del libro sobre
los embarazos de las celebridades «Pregnant With the Stars: Watching and
Wanting the Celebrity Baby Bump», se trata de una época en la que «muchas
personas de la extrema derecha e incluso de la derecha convencional promueven
políticas que ponen en tela de juicio la autonomía permanente que tienen las
personas con identidad femenina sobre sus cuerpos, sus vidas y su capacidad de
decisión».
Al vestirse para mostrar su
barriga de embarazada, y de una forma que no tiene nada que ver con la ropa de
maternidad tradicional, Rihanna está modelando una realidad totalmente opuesta.
«Está diciendo: ‘Sigo siendo una persona, y soy mi propia persona’», explicó
Cramer. Rihanna puede ser «autónoma, poderosa y ella misma, incluso al gestar
una vida», añadió. Está relacionando el derecho a vestirse como uno quiera con
todo tipo de derechos más constitucionales.
Es una jugada bastante
radical. Al fin y al cabo, el cuerpo embarazado ha sido celebrado, vigilado,
ocultado y considerado problemático durante siglos.
Aunque es posible que se trate
de una elección completamente inconsciente -tal vez tiene la piel tan sensible
que le molesta traer cualquier cosa sobre el vientre- Rihanna misma tiene
antecedentes de usar intencionalmente su propio físico y perfil para obligar a
que se reconsideren los viejos prejuicios y las convenciones sociales sobre la
agencia y la belleza femenina. El ejemplo más obvio es su línea de lencería
Savage X Fenty, valorizada por estos días en unos 3 mil millones de dólares.
En efecto, su enfoque actual
podría haber sido presagiado por su decisión de que Slick Woods, en aquel
entonces con nueve meses de embarazo, modelara en el primer desfile de Savage X
Fenty en 2018 ataviada solo con adhesivos en los pezones y ropa interior de
encaje. Como todos saben, Woods empezó la labor de parto en la pasarela y
después publicó: «Vine aquí a decir que puedo hacer lo que me da la gana y
cuando me dé la gana, y tú también».
Sólo hay que cambiar la fecha
y esas frases podrían fácilmente ser el lema de la ropa de maternidad de
Rihanna. De hecho describió su propio estilo de embarazo como «rebelde».