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¡Faltan 26 días!

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¡Faltan 26 días!

Por Edgar Hernández*

¡El secuestro de Marina Garay, la gota que derrama el vaso!

A menos de cuatro semanas de una jornada electoral que se prevé histórica al augurar el derrumbe de Morena, Veracruz es rehén de la ingobernabilidad.

Somos gobernados por grupos criminales que lo mismo levantan candidatos opositores, que siembran terror en poblaciones tuteladas por la oposición.

Estamos de hinojos y a merced de esa mano negra que se mueve desde Palacio de Gobierno sembrado caos y odio; violencia y muerte.

No es más que el síntoma de la desesperación ante el cambio que asoma a menos de cuatro semanas del despertar ciudadano que ya se percibe por todos los rincones del solar veracruzano.

La violencia y criminalidad no es casual.

Se ha recrudecido en los últimos días luego de serias advertencias del gobierno de Cuitláhuac García a sus opositores de abandonar las plazas, de ceder a Morena los espacios, de ya no moverle con el voto opositor, de llevar a la cárcel a quien no acate las órdenes de la Secretaría de Gobierno, que encabeza Eric Cisneros.

Hoy Veracruz está en caída libre ante la escalada criminal.

Un comando armado secuestra a la exalcaldesa de San Andrés Tuxtla, Marina Garay; horas atrás, tres hombres fueron ejecutados y enterrados en Chocamán; la opinión pública se entera además de la brutal agresión a un hombre acribillados por la espalda en Veracruz y enterrado en un predio de Atoyac; otro más, un joven fue asesinado anteayer en Paso del Macho, y en horas de la tarde de ayer encuentran un cadáver putrefacto en Coyutla.

Lo de Marina Garay, en San Andrés Tuxtla, mueve a la sospecha porque el levantamiento se sucede luego que la Secretaría de Seguridad Pública desarmó a la policía de San Andrés.

Peor aún ya que el pasado 6 de mayo el alcalde Octavio Pérez Garay advertía que algo se estaba preparando en contra de él y su familia ante lo que declaró que “Directamente a Eric Cisneros Burgos lo hago responsable de lo que pase conmigo y los míos”.

Hoy el edil enmudece -y no es para menos- y pide prudencia a los medios de comunicación.

¿Por qué?

Práctica vuelta común que la autoridad gubernamental retire a la policía de las plazas o simplemente la desarme donde horas después se registran hechos violentos o levantamientos.

¿Por qué?

En Jilotepec, feudo de Eleazar García, primo de Cuitláhuac García, en días pasados la SSP desarmó a la policía, fueron por el alcalde Sergio Fernández Lara, por supuesta falta de comprobación de 10 millones de pesos ante el SAT, pero el edil, en rápida acción, decide doblar las manos antes de la aprehensión y entregar la plaza.

Ordena al candidato renunciar al PRI y abrazarse al Partido Verde aliado de Morena… y pues, muerto el perro se acabó la rabia.

¿Por qué?

En este mismo espacio hemos venido documentando la escalada de violencia política desatada en Veracruz, contra localizados opositores Rogelio Franco y Gregorio Gómez, levantados por “Ultraje a la autoridad” y llevados a penales de alta seguridad.

Y la detención de Nicolás Ruiz, alcalde de Minatitlán, por razones de carácter político electoral ¿no es un acto de intimidación?

Ello se suma a lo de Florisel Ríos, alcaldesa de Jamapa, levantada y ejecutada también luego de que se desarmó a la policía, tal como lo documenta el columnista Marco Antonio Aguirre.

O lo publicado por el agudo columnista Filiberto Vargas, quien refiere el modus operandis: primero desarman a sus escoltas, y enseguida llega el golpe de “la delincuencia”.

“Los homicidios del exalcalde de Soconusco, Jorge Baruch Custodio, en febrero del 2020; la ejecución, ese mismo mes, del regidor panista de Sayula de Alemán Héctor Velázquez Vázquez, asesinado a balazos en Acayucan; el asesinato de la presidenta municipal de Jamapa, Veracruz, Florisel Ríos Delfín, y la muerte violenta de la exdiputada Gladys Merlín Castro y de su hija Carla Enríquez Merlín, dan una muestra de que el discurso de “cero impunidad” contra la violencia política es una mentira más”, reseña.

Y remata:

“Hoy disentir del gobierno es una postura que se paga con la vida”.

Esa es la realidad que vive Veracruz.

Estamos en las puertas de una elección que habrá de cambiar el rumbo de la historia, por ello Morena y quienes malamente detentan el poder están aterrados.

Esto, sin embargo, ya no tiene vuelta para atrás.

Lo de Marina, aunadas las torpezas del gobernante y el desquiciamiento de su segundo, que mas parece el primero, es la gota que derrama el vaso.

Tiempo al tiempo.

 

*Premio Nacional de Periodismo