Feminicidios, la criminalidad está de luto
Feminicidios, la criminalidad está de luto
Por Edgar Hernández*
Veracruz
perdió el segundo lugar en feminicidios. Al corte de septiembre el registro del
Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, arroja que la
cifra de muertes de odio llegó a 69.
Deberán
esforzarse más los promotores de la violencia contra las mujeres. Que no les
espante a los Carteles la pandemia que de momento va ganando en muertes. Que el
confinamiento de las mujeres no les impida penetrar a sus hogares y que se
mantengan alerta cuando las niñas y adolescentes salgan al quicio de sus
hogares para entrar en acción.
Al cabo
no hay autoridad.
Tampoco
una estrategia de prevención, menos una “Alerta Amber” que permita en lo
inmediato la localización y recuperación de nuestras menores y jóvenes o amas
de casa en riesgo de sufrir grave daño por motivo de no localización o
cualquier circunstancia donde se presuma la comisión de un delito.
En realidad,
al gobierno de Cuitláhuac García, le vale madre lo que pase con nuestras
mujeres.
Entre
poco y nada le interesa entrar a la puja por superar los primeros lugares en
índices delictivos cuando el propio mandatario desde que tomó posesión no sale
del hoyo al mostrarse mes con mes, de acuerdo a las más importantes
encuestadores nacionales, entre los tres peores de la república.
Así
pues, ¡Que importa el repudio popular!
Al demonio
que se queje la ciudadanía y sus féminas, lo que importa en este momento –a la
luz de que ya pronto se les va a acabar el “negocio” tras el voto de castigo
que ya se avizora en las urnas- es cumplir al pie de la letra con el saqueo y
desorden; arrasar con las arcas; entregar a los cuates las mejores plazas, y
agarrarse, literalmente, a las mejores empleadas para compartirles sus fiestas
y arranques eróticos como lo hace el acomplejado Manuel Huerta Ladrón de
Guevara.
Al
carajo las cifras muestran la brutal realidad que vive Veracruz en materia de
seguridad pública.
Hechas
públicos los números por el columnista Alberto Romero, da cuenta que durante agosto se denunciaron ante la Fiscalía General
del Estado 6 mil 627 delitos totales; entre ellos, 130 homicidios dolosos; 570
lesiones dolosas; 9 feminicidios; 11 secuestros; y mil 750 robos, entre los que
se cuenta 535 robos de autos y 453 robos a negocios.
Septiembre es pues, en lo
que va del año, el segundo mes con más asesinatos dolosos en la entidad; de
igual manera, el tercer mes con más feminicidios.
Ayer el propio Secretario
de Seguridad Ciudadana, Alfonso Durazo encueró ante un complaciente presidente
de la república, la brutal realidad que se vive en el país y en lo particular
en Veracruz.
En los datos del acumulado
anual, hay 51 mil 242 delitos totales; 878 homicidios dolosos; 4 mil 347
lesiones dolosas; 69 feminicidios; 94 secuestros; y 14 mil 732 robos.
Si se comparan esas cifras
con las de los meses anteriores, julio y agosto, encontramos un crecimiento en
el índice delictivo veracruzano: el homicidio doloso pasó de 104 a 130 casos;
las lesiones dolosas, de 527 a 570; el feminicidio, de 7 a 9; y el secuestro,
de 9 a 11.
Sólo el robo mostró una
muy ligera reducción en el número de casos, al pasar de mil 772 a mil 750 que
registra Veracruz en materia de combate al delito.
Y si bien hay 147
asesinatos menos que el año pasado, situación que tanto presume Cuitláhuac
García, los millares de crímenes y violencia generalizada en 2020, a pesar de
la pandemia, ensombrecen a Veracruz.
Tener menos entre lo más
no es motivo de orgullo, salvo para el crimen organizado que, habrá que
insistir, deberá seguirse esforzando por matar veracruzanos, al cabo que tanto
es tantito lo que les falta para estar en primer lugar.
Tiempo a tiempo.
*Premio
Nacional de Periodismo