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FESTIVAL OTI

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FESTIVAL OTI

Cuando se habla de canto, bohemia, bolero y son, se hace presente el nombre de Rodrigo de la Cadena, músico y cantante que cada semana deleita a su auditorio con su programa pleno de nostalgia en el canal once.

El sábado 16 de julio trasmutó el Teatro del Estado de la ciudad de Xalapa, Veracruz en los escenarios del Festival OTI, (rememorando cincuenta años de ese festival). Treinta músicos en escena, el coro de Los Miranda y la presencia del Rodrigo de la Cadena que con su potente voz hizo recordar a aquellos inolvidables artistas que fueron finalistas en dicho certamen.

Rodrigo de la Cadena iba entonando esas bellas melodías que acercaron recuerdos y épocas idas de cuando la juventud aún nos sonreía. Una pantalla en la que se apreciaban imágenes del artista que iba interpretando, de esta manera escuchamos canciones como: Tu, de Lupita Dalesio, Un Tipo Como Yo de Sergio Esquivel, Tengo Éxito de Mario Pintor, Tierno de César Costa, Hombre y Vive de José María Napoleón, temas de María Medina, Enmanuel, Gualberto Castro, en fin, la lista es interminable en las tres horas de concierto que brindó el joven musicólogo.

Casi finalizando el concierto subió cantando por las escalinatas para saludar de mano a muchos de los presentes, las emociones estaban a flor de piel, sobre todo cuanto cantó la canción ganadora del festival OTI en el año de 1976, “Vive”, ante un lleno total del auditorio del teatro del estado, los celulares los movían las manos de sus dueños al compás del canto y la música, parecía un lucernario iluminando con las alas la oscuridad, tal vez costelaciones de estrellas centellando en el universo para visualizar las esferas celestes, no sé, pero fue un espectáculo increíble en el que, Rodrigo de la Cadena, demostró su valía como artista al ser ampliamente ovacionado y acercar esos años en los que las vivencias del diario vivir estaban armonizadas por esas melodías como si fuesen un fondo musical de nuestra existencia.

El concierto fue un ensueño del que no se deseaba despertar, pues la nostalgia, los recuerdos y la alegría rozaron la sensibilidad de cada uno de los asistentes, no faltaron los suspiros ni alguna fortuita lágrima al evocar alguna vivencia que marcó sus huellas en el sentimiento que se mantiene vivo en ese instante.

Cuando las luces se encendieron solo flotaba un aroma del poema musical que acaba de finalizar y el alma aún estaba enternecida por el ramillete de recuerdos con los que fue acariciada en cada melodía. La gira artística continúa su camino.

rafaelrojascolorado@yahoo.com.mx