FINANCIAMIENTO MILLONARIO A LOS PARTIDOS
FINANCIAMIENTO MILLONARIO A LOS PARTIDOS
Por Miguel Ángel
Cristiani González
El financiamiento de
Partidos Políticos es uno de los temas que suscita mayor indignación en la
opinión pública, por la millonaria cantidad de recursos del erario, que año con
año son entregados a los partidos políticos nacionales y locales para el
sostenimiento de sus estructuras y la obtención del voto.
El Estado mexicano
destina, cada año, alrededor más de 11,000 millones de pesos en subsidios
públicos destinados a las actividades ordinarias de los partidos políticos
(plantilla laboral y bienes muebles e inmuebles), es decir, a la manutención de
aparatos burocráticos.
Adicionales a los
11,000 millones del presupuesto anual, ahora están solicitando en el INE una
partida adicional de 4,000 millones de pesos, para “en caso” de que haya otra
consulta, como la que se hizo este año sobre el castigo a los ex presidentes de
la república, que finalmente no sirvió para nada.
Cuando se introdujo
el sistema de financiamiento anual de los partidos, se buscaba detener las
transferencias subrepticias de dinero público a favor del partido oficial,
principal elemento de inequidad respecto de otras expresiones políticas.
El financiamiento
público a los partidos políticos para su aplicación en campañas electorales y
actos tendientes a la obtención del voto se convirtió en un requisito
indispensable para garantizar contiendas justas y equitativas. Sin embargo, el
sostenimiento de su estructura burocrática durante tiempos no electorales nunca
ha terminado de justificarse socialmente, dada la proliferación de élites
partidistas ajenas al interés público y representatividad ciudadana. De acuerdo
con la Encuesta Cívica realizada cada cuatro años por el Instituto Nacional de
Estadística y Geografía (INEGI) en 2020 los partidos políticos fueron la
institución pública más desacreditada, entre otras razones por el costo
económico que significan para la sociedad mexicana.
Un sistema de
partidos democrático se funda en partidos políticos cuya legitimidad y
capacidad de acción política se basan en el apoyo social, producto de sus
propuestas programáticas, es decir, de su capacidad de obtener el apoyo
ciudadano como única condición viable para el ejercicio del poder.
Por esta razón, la
presente iniciativa propone eliminar el financiamiento público a los partidos
políticos respecto de sus actividades ordinarias y plantea que cubran dichos
gastos mediante el financiamiento de sus simpatizantes y militantes. El
objetivo es reducir el alto costo que los partidos políticos representan al
erario y obligarlos a convertirse en instituciones autosostenibles mediante
esas aportaciones, legalmente vigiladas. El financiamiento público se
mantendría solamente para el gasto de campañas durante la contienda electoral.
Asimismo, se propone
mantener la fórmula actual de distribución del financiamiento público a los
partidos políticos; sin embargo, dichos recursos serán entregados únicamente
durante tiempos de campaña. Esto representa una disminución de más del 66% del
financiamiento público respecto de lo que actualmente se gasta. Lo anterior
obedece a la necesidad de que nuestro régimen de partidos no genere costos
injustificados ni incongruentes.
En cuanto a la
obtención de recursos privados, tanto para el sostenimiento de sus actividades
ordinarias, como para sufragar gastos de campaña durante los procesos
electorales, se establecen reglas precisas, ordenando que los partidos
políticos identifiquen y reporten la fuente de todo recurso obtenido, sin
exceder los topes señalados en la legislación; los recursos provistos no serán
deducibles de impuestos; se prohíbe que una misma persona física done en un año
calendario a más de un partido o candidatura independiente y que se apliquen
recursos obtenidos para el sostenimiento de actividades ordinarias en gastos de
campaña o al pago de deudas contraídas para cubrir procesos electorales
anteriores.
A lo anterior hay
que sumar el financiamiento ordinario a los partidos políticos locales, que
afortunadamente en el Estado de Veracruz ya se aprobó una reforma para que se
disminuya en un 50 por ciento, el presupuesto que se les entrega mensualmente a
las dirigencias como las llamadas prerrogativas electorales que en realidad son
subsidios, que se manejan al libre albedrio y beneficio de los líderes.
Contáctanos en
nuestras redes sociales:
https://www.canva.com/design/DAEN5B9DWgs/ZCHd2Z8KueYjlg_d59Op3A/view