GIRA POR EL CEMENTERIO
GIRA POR EL CEMENTERIO
Pedro Peñaloza
“Todos ven lo
que tú aparentas; pocos advierten lo que tú eres”.
Nicolás
Maquiavelo
Cuidado estimados lectores con caer en los brazos
engañosos de quien está recorriendo el territorio nacional esparciendo confeti
festejando el “deber cumplido”, inaugurando obras que pisotearon reiteradamente
el Presupuesto de Egresos de la Federación, aumentando estratosféricamente el
gasto aprobado por la Cámara de Diputados y cuya utilidad pública no estuvo
justificada, sin olvidar la improvisación y los daños ambientales.
En efecto, a esta gira triunfalista del habitante
de Palacio hay que replicarle su fracaso en el principal problema que aqueja a
la mayoría de los habitantes y que es la función primigenia de un Estado social
y democrático: la llamada inseguridad pública y las violencias subyacentes.
Y aquí no hay otros datos: desde el inicio del
gobierno de López Obrador hasta el 3 de enero de 2024 se han registrado 175 mil
821 homicidios dolosos en el país, uno cada 15 minutos, 95 diariamente en
promedio, números por encima de los reportados con Calderón (96,495) y Peña
Nieto (122,472), según la empresa TResearch International. Y de
mantenerse esta tendencia el gobierno de AMLO concluirá su administración con
la cifra histórica de más de 200 mil asesinatos.
Por supuesto, como parte de este “genocidio a
cuenta gotas” (Zaffaroni), la delincuencia organizada, en sus distintas
expresiones ilegales ha crecido y fortalecido su control territorial y
económico, mantiene prisioneras a amplias franjas poblacionales, quienes viven
azotadas por el “pago de piso”, el secuestro o el asalto directo, sumándose
ahora la extorsión a migrantes. Así, se ha configurado una especie de “Pax narca”,
que actúa a la luz del día, que las autoridades federales y locales no tocan,
ya que existe una colusión evidente, junto al miedo consustancial. Las empresas
criminales son muy rentables.
El aderezo de esta “estrategia” es el militarismo
(no únicamente la militarización) para presuntamente enfrentar a la
delincuencia. Está claro, que fue un distractor para poder entregarle a las
fuerzas castrenses parcelas significativas del poder político. Sí, hay que
encarar al presidente y recordarle que él prometió regresar a los cuarteles a
los militares desde el 2012, y ya en su oficina de Palacio cambió de opinión,
supuestamente por “lo grave” que vio la situación. Pues de nada sirvió su
reversa.
Para los desmemoriados, recordemos lo que declaró
en su conferencia del 15 de julio de 2021: “Si no terminamos de pacificar a
México por más que se haya hecho, no vamos a poder acreditar históricamente a
nuestro Gobierno” (La Razón). ¿Con qué valor ético y político viaja el
presidente por un país convertido en cementerio?
@pedro_penaloz