DestacadoPedro Peñaloza

Gobierno Cuadripléjico

Comparte

 

 

 

 

Pedro Peñaloza

“La vocación del político de carrera es hacer de cada solución un problema”.

Woody Allen

1.Culiacángate. Ahora, después de una semana, el presidente declara que no estaba enterado de la orden de aprehensión de Ovidio Guzmán. ¿En serio? El vigía y único albacea del gobierno actual no supo que detendrían a una pieza importante del cártel de Sinaloa. ¿Alguien le cree? Puede ser una salida para evitar la responsabilidad penal. La desinformación resulta increíble y, al mismo tiempo, grave, en su caso.

  1. Un sofista en Palacio Nacional.El tabasqueño ha intentado construir una narrativa “humanista” para justificar el trueque entre un número indeterminado de habitantes y la liberación del novel narcotraficante. Nada más demagógico que semejante disyuntiva. En realidad, el detonante lo provocó la intentona de detención a uno de los hijos del Chapo, la cual no cumplió con los requisitos operativos elementales para una acción de ésta naturaleza. Esto fue lo que puso en peligro a los ciudadanos, aspecto que se ha difuminado en el balance de los hechos que ha comunicado el gobierno. Por cierto, el secretario de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval, aún no informa quienes ordenaron el fallido evento. Quizá, pueda usar algún chivo expiatorio o apostar al olvido. En cualquier caso, el general Sandoval tiene un problema serio en el cuidado en su cadena de mando. Claro, suponiendo que las cantinfleadas sean ciertas.
  2. ¿Cuál política de seguridad pública del gobierno?Lo que está en el centro de la discusión pública, y se evidenció con el caso de Culiacán, es la evidente ausencia de una propuesta programática para enfrentar los desafíos de la criminalidad organizada; y, el presidente, se ha atrevido a afirmar que: “no cambiará su política de seguridad pública”. Por supuesto, AMLO carece de una idea integral del tema y, por ello, dice las barbaridades ya conocidas, a las que ahora ha agregado una invitación para portarse bien a los que “andan en malos pasos” y, al mismo tiempo, envía cientos de militares de élite a la capital de Sinaloa. ¿En qué quedamos? ¿No que “el fuego no se apaga con fuego”? Se repite la lógica de Calderón y Peña, al apostar al simbolismo del efectismo punitivo tardío.

Epílogo. La moraleja está a la vista. Éste gobierno ni previene la criminalidad ni la combate. Está cuadripléjico. Lo que puede seguir es la hegemonía abierta de los cárteles con sus efectos de violencia expansiva. Por su parte, el presidente y su séquito seguirán repartiendo aspirinas sociales y persiguiendo a sus opositores para buscar ganar la mayoría legislativa en 2021. Ese parece su objetivo.

pedropenaloza@yahoo.com/Twitter: @pedro_penaloz

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *