GOLPE DE ESTADO EN LA UV
GOLPE DE ESTADO EN LA UV
Rúbrica
Por Aurelio Contreras Moreno
Gran revuelo causó la noche de este pasado
miércoles la difusión de un pronunciamiento conjunto de los tres exrectores de
la Universidad Veracruzana de su época de autonomía, exigiendo a la Junta de
Gobierno apegarse a la legislación universitaria “sin interpretaciones” para conducir
el proceso de renovación del periodo de rectorado de la casa de estudios.
Sara Ladrón de Guevara, Raúl Arias Lovillo y
Víctor Arredondo Álvarez suscribieron de manera conjunta una petición a la
Junta de Gobierno –órgano en cuyas manos estará la decisión de elegir a quien
encabezará la rectoría de la UV para el periodo 2025-2029- para que “actúe con
estricto apego a derecho en cada etapa del proceso de designación”.
Advirtieron que “cualquier desvío del marco
normativo –por mínimo que parezca– puede poner en entredicho no solo la
autonomía de nuestra casa de estudios, sino también el compromiso ético y
social que debe regir su gobernanza”, y destacaron que la legislación
universitaria define con precisión –y sin dejar duda o espacio a
interpretaciones meta legales– los pasos y plazos a seguir.
“Estas disposiciones legales no son
sugerencias: constituyen mandatos legales que deben cumplirse con puntualidad y
transparencia, sin interpretaciones. Interpretar la normativa institucional, no
es atribución de la Junta de Gobierno”, enfatizaron los exrectores, además de prevenir
que “retrasar, omitir, interpretar ilegalmente o alterar el curso normativo de
este proceso, por la razón que sea, abre la puerta a arbitrariedades que
amenazan la credibilidad de la máxima casa de estudios de Veracruz. No se trata
únicamente de una cuestión técnica o administrativa: está en juego la confianza
pública, la certeza jurídica y la legitimidad del próximo liderazgo rectoral”.
¿Qué fue lo que provocó esta inédita toma de
postura de quienes encabezaron los destinos de la Universidad Veracruzana desde
1997 hasta 2021, cuando comenzó el periodo del actual rector Martín Aguilar
Sánchez? Pues la intentona de éste de mantenerse en el cargo violentando la Ley
Orgánica de la institución al ya no cubrir uno de los requisitos –el de la
edad-, y todavía más grave, manipulando a la Junta de Gobierno, a la cual tiene
colonizada, para que le conceda una prórroga fuera de la legalidad.
Es conocida la fallida tentativa de Aguilar
Sánchez de reformar a su conveniencia personal la Ley Orgánica de la UV para
eliminar el “candado” de los 65 años de edad como máximo al momento de asumir
para un nuevo periodo. Fue vergonzoso cómo después de acudir personalmente al
Congreso del Estado a entregar la iniciativa la pasada Legislatura, una vez que
entró la actual, la retiró para que mejor le dijeran cuándo la podría
presentar. Lo cual no ocurrió.
Este miércoles, la Junta de Gobierno sesionó y,
de acuerdo con versiones extraoficiales recogidas por quien esto escribe, se
deslizó la “propuesta” de prorrogar de manera directa el rectorado de Martín
Aguilar Sánchez, lo que representaría una suerte de “golpe de Estado” para la
Universidad al no haber sustento jurídico para ello, más que una
“interpretación” de la legislación universitaria, misma a la que precisamente
aluden Sara Ladrón, Raúl Arias y Víctor Arredondo.
El artículo 36 de la Ley Orgánica establece que
el rector “durará en su cargo cuatro años, periodo que podrá prorrogarse por
una sola vez”. Pero la reglamentación de esa norma contempla que se lleve a
cabo un proceso de auscultación a la comunidad universitaria, en el que pueden
participar otros aspirantes. Una prórroga directa sería además de ilegal, un
acto de autoritarismo.
Los promotores de la “prórroga” fueron, de
acuerdo con esas mismas versiones, el presidente de la Junta de Gobierno, Juan
Manuel Pinos Rodríguez, y uno de sus integrantes más recientemente
incorporados, Ernesto Isunza Vera. Ambos, amigos personalísimos de Martín
Aguilar.
De hecho, Isunza Vera –quien también fue
integrante del comité que le entregó el INE a Morena-, Martín Aguilar y el
senador Manuel Huerta Ladrón de Guevara fueron compañeros en su época
universitaria. Y fue precisamente el apoyo del entonces delegado del Bienestar
en Veracruz –con la venia del presidente Andrés Manuel López Obrador- el que
resultó determinante para que Aguilar Sánchez fuera designado rector en agosto
de 2021. Y lo cual explica su penosa sumisión a lo que diga el gobierno y su
clara orientación política favorable al morenato.
Para el proceso de renovación del periodo rectoral
de este 2025, Isunza Vera es incorporado a la Junta de Gobierno gracias al
impulso del propio Martín Aguilar y de la secretaria de Desarrollo
Institucional Jaqueline Jongitud, la mano que mece la cuna en la UV. Tanto, que
la casa de estudios rechazó una recomendación en su contra de la Comisión de
Derechos Humanos del Estado de Veracruz por violencia laboral y vulneración de
la integridad personal de una empleada, y cuya impugnación se encuentra
pendiente de resolución en la Comisión Nacional.
De acuerdo con lo trascendido, en la Junta de
Gobierno, integrada por cinco miembros internos y cuatro externos a la UV,
cuatro de éstos se niegan rotundamente a hacer la interpretación favorable a la
prórroga directa y los tres restantes no se han definido. Pero las
presiones van a estar con todo.
Otra vía por la que Martín Aguilar podría
buscar su permanencia sería la del amparo, acusando a la legislación
universitaria de “discriminatoria”, algo totalmente incongruente porque en 2021
contendió bajo esas mismas normas. Pero el amparo podría proceder o no. El
rector quiere ir a la segura.
Y si para eso debe reventar a la UV, al parecer
estaría dispuesto a pagar ese precio. ¿Pensarán lo mismo los universitarios?
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X: @yeyocontreras