Ars Scribendi

Ha partido un amigo

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Rafael Rojas Colorado

rafaelrojascolorado@yahoo.com.mx

 

 

 

 

 

Ha partido un amigo. Me atrevo a decirlo de esta manera porque cuando alguien coincide y deja huella en una persona, siempre se le recordará con el sentimiento de la amistad y la gratitud.

El lunes 24 de agosto de 2015 se dio a conocer el deceso de don Miguel Ángel Cornejo y Rosado en el Distrito Federal. La inesperada notica rozó la sensibilidad de mi alma y evoqué aquel día en el que el Ing. Pablo Carrera Anell, con quién tuve la fortuna de compartir innumerables horas de trabajo en la Compañía Nestlé, me regaló una audio cinta titulada “El ser Excelente”. La voz del conferencista y su mensaje de inmediato me persuadieron y no hacía otra cosa que escucharlo y gravar en mi mente algunos mensajes que en la primera oportunidad los compartía con mis compañeros de trabajo.

Yo desconocía verdaderamente quién era Miguel ángel Cornejo, sólo me apoyaba en la audio cinta y nada más. Hoy nuevamente avivo esa maravillosa etapa de trabajo que disfruté en la compañía Nestlé y de intensas capacitaciones en torno a las relaciones humanas y cultura de trabajo, y no en menos de una ocasión propuse al Ing. Daniel Serna Valdivia, gerente de la planta productiva, que contratara al licenciado Cornejo para que nos cultivara con su mensaje, a lo que contestaba que estaba fuera del presupuesto.

Pero la vida siempre es benévola y nos comparte su energía positiva. Cierto día sorpresivamente el señor Héctor López Mendoza me llamó a su oficina de capacitación de personal y con una sonrisa en sus labios me informó que Miguel Ángel Cornejo se presentaría en el Museo de Ciencia y Tecnología para impartir la conferencia  “El poder del Carisma”, invitado por los empresarios de Xalapa, y ¡lo mejor! que yo era uno de los agraciados para acudir a dicho evento.

Experimenté una emoción indecible cuando lo anunciaron y lo vi aparecer en el escenario envuelto por estruendosos aplausos del auditorio totalmente abarrotado. Tal vez fue una coincidencia reservada por el destino, estuve atento a cada gesto, a cada palabra emitida por el Maestro Cornejo, quien en un espacio de los 240 minutos que duró la conferencia leyó dos cartas dirigidas a sus hijos, tornando el sustancial momento en poesía. En los últimos instantes de la conferencia elevó la voz y con la mano derecha hacía fuertes movimientos para refirmar la excelencia de su mensaje, reiterando conceptos como el respeto y el amor a la vida. Tener conciencia de que la educación es cara, pero la ignorancia lo es mucho más, ejemplificó que los líderes de todos los tiempos son los que han servido a la nación, comprender que ser productivo es ser útil a la sociedad, a nuestra empresa y a nosotros mismos. Que la máxima expresión de la libertad es asumir nuestras responsabilidades y que el líder de excelencia nace donde asume una responsabilidad que no es suya. Cuando todo terminó, es probable que no pocos pensamos en intentar nuestros sueños con la esperanza de tocar algún día las estrellas. Pero para mi persona lo más emotivo sucedió en el intermedio, porque tuve la oportunidad de saludarlo personalmente y estrechar su mano; él me toco el hombro y me agradeció por estar presente. Esto sucedió el año 1993. Tiempo después volví a ser invitado para escuchar su conferencia en el Teatro del Estado, refrescando los momentos de aprendizaje para aplicarlos en el trabajo y por supuesto en la vida cotidiana. Hoy estas emociones nuevamente cobran vida y me cuesta creer que el señor Cornejo se haya marchado de la vida a que siempre le fue útil.

Hoy el Licenciado Miguel Ángel se despidió de la vida para remontar su vuelo hacia regiones espirituales más elevadas, donde la resonancia de la vida ya es silencio absoluto, dejándonos el mensaje de la excelencia: “Ser el mejor aún con lo poco que se tiene”. A mí me hereda acunar en la intimidad de mi alma una época como trabajador en la Compañía Nestlé, sede Coatepec, en la que fui feliz y siempre experimenté el anhelo de la superación personal, conviviendo entrañablemente con compañeros y jefes que unidos en pensamiento e ideas proyectábamos el mejor camino que conducía a la realización de la productividad y la calidad.

Miguel Ángel Cornejo fue un hortelano que por los caminos del mundo cegó en los espíritus de los hombres las semillas de los sueños, el amor y la excelencia que un ser humano puede alcanzar para ser mejor. Descanse en paz.

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