Hacia una sociedad del diálogo
El valor de nuestra gente
Linda Rubi Martínez Díaz
Hola amigos lectores, les saludo con el cariño de siempre. La apertura política de los ciudadanos es una actitud clave para el desarrollo de la democracia participativa, la cual unida al colaboracionismo de la acción pública anónima con los diversos niveles de gobierno, arroja un escenario deseable en el que no sólo quienes detentan el poder son los autorizados para determinar el bien común, sino precisamente los directamente involucrados. Esta nueva forma de hacer política se está convirtiendo en una tendencia nacional, y recientemente tuvimos un ejemplo de ello en esta ciudad de Coatepec.
Fue el pasado 3 de octubre cuando entablamos una mesa constructiva de diálogo entre jóvenes de esta zona y la Lic. Noemí Guzmán Lagunes, quien actualmente es parte del gabinete estatal del ejecutivo. Esta iniciativa brindó un acercamiento entre quienes encabezan el poder oficial, es decir, el gobierno, y un sector cuyo poder ha marcado el rumbo de nuestro país desde hace décadas. Además, está mostrando la apertura de los altos funcionarios hacia quienes por naturaleza traen el espíritu de cambio e innovación; la generación que no se contenta con el mundo tal cual es, sino que busca construirlo tal y como debería ser: con justicia e igualdad de oportunidad para todos.
Las preocupaciones que los jóvenes plantearon van en orden al mejoramiento de escenarios que favorezcan sus actividades productivas, las cuales se conectan con la demanda de mejor preparación profesional así como mejores opciones de trabajo, precisamente porque existe la paradoja de que las empresas buscan a personas jóvenes con experiencia. Cabe resaltar que varios de los jóvenes que tomaron la palabra reconocieron la importancia de que el diálogo se establezca en general con todos los niveles de gobierno, pues sólo así quienes tienen en sus manos el destino del país, pueden conocer de sus necesidades más prioritarias.
Este diálogo fructífero también permitió difundir otras problemáticas de nuestra región, como los retos sobre la soberanía alimentaria, la implementación de estrategias a favor del medio ambiente, y la creación redes juveniles y de gestión ante las autoridades que permitan crear mejores condiciones de vida. Muchos jóvenes, incluso, expusieron lo que están haciendo en cada uno de sus municipios, incentivando a los demás a buscar las herramientas que se tienen a la mano para plantear el cambio.
Así como este ejemplo, yo invito a que los actores municipales y estatales busquen el diálogo con la gente, porque sólo la comunicación bidireccional efectiva es la que permite que pueblo y gobierno puedan trabajar de manera eficiente. Ya no estamos en los tiempos en que el presidencialismo y el asistencialismo estaban a la orden del día, pues hoy en día es el momento cuando los individuos también quieren hacer las cosas por sí mismos, colaborando mutuamente por proyectos comunes.
Nos leemos la próxima, que Dios los bendiga.