Ars Scribendi

Hasta siempre

Comparte

Rafael Rojas Colorado

rafaelrojascolorado@yahoo.com.mx

Para Sofía Viveros Colorado

Después de cruzar la sierra que medía a Chiconquiaco y Misantla, Sofía llegó a Colipa. La recibió la profesora Marilú Barradas Acosta. En esa zona la designaron como educadora. A las seis de la mañana abordaba un autobús para llegar a las siete a la “Florencia” y de ese lugar caminaba cuarenta y cinco minutos al lado de su compañera Adela Morán Merino, hasta llegar al “Cerro del aguacate”; vestían pantalón mezclilla, botas de hule, mochila, chamarra, cachucha y mucho entusiasmo para trabajar.

La rústica escuelita carecía de nombre, pero fue su primera experiencia como educadora, el trato con los niños de la sierra y el cariño que recibió de parte de los habitantes del lugar; más tarde los evocaría como una de las etapas más bellas de su historia de trabajo. Un año después la trasladaron al jardín de niños “Xochipilli”, de Colipa, Veracruz, nombrándola Directora con grupo, donde tuvo la oportunidad de participar por vez primera en una delegación sindical.

Dos años después sería removida a la Zona 87 de Preescolar Xalapa-Foráneas, supervisada por la profesora María Elena Manjarrez, quien la asignó como educadora en el Jardín de niños “Valentina Muñoz T”, de la comunidad de Tuzamapan, municipio de Coatepec, Veracruz. Cinco años le dedicó a las aulas impartiendo su conocimiento a los niños, supervisada por la directora del plantel: Elizabeth Suárez González. Su buen desempeño en la enseñanza la condujo a ocupar la dirección del centro educativo sin cargo de grupo.

En el fluir del tiempo se esfumaron veintinueve años de trabajo, como si de un sueño se tratara y despertara el 21 de septiembre de 2015 en la explanada del Jardín Valentina Muñoz T., de Tuzamapan, rodeada de compañeros de trabajo, directivos, padres de familia y alumnos que emocionados la despedían por culminar un ciclo dedicado a la educación de la niñez.

Flores, música, abrazos y bellas palabras le brindaban profundo reconocimiento a su labor docente. Fue inevitable que la emoción empañara sus ojos; de qué manera contenerlas, si la mente evocaba bellos pasajes de su vida laboral. Cómo olvidar aquel año de 1986 en la Escuela Normal Veracruzana Enrique C. Rébsamen recibiendo el título que la acreditaba como profesora, a los 21 años de edad; su generación: “Laubesher y soy apache”. Las ilusiones iluminaban su horizonte. En esas imágenes con las que su memoria la premiaba aparecía su primera supervisora, Marilú Barradas Acosta; su inolvidable compañera, Norma Herrera; la profesora que la formó en el campo de trabajo, Elena Monjarrez Cano, y Judith Callejas Roldan.

Su vida y proyectos fueron una realidad y en esta fecha de despedida, orgullosa y satisfecha por su actuación de docente y el haber cumplido, no decía adiós únicamente al Jardín escolar, sino a toda la comunidad del pueblo que a pulso se ganó la estimación de los habitantes del municipio.

Sofía dedicó emotivas palabras a los presentes y se lleva consigo una hermosa experiencia de años de trabajo, que es la de trasmitir los conocimientos a los niños que comienzan a descubrir el mundo, porque esos rostros son los que jamás se borrarán de su memoria y siempre le estarán sonriendo cuando ella deje fluir sus pensamientos. Tal vez logre escuchar un susurro en el que le dicen: “Hasta siempre, maestra”.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *