Hasta siempre maestro Pitol
El mundo de las letras está de luto, la mañana del jueves 12 de abril, falleció en su casa de Xalapa el maestro Sergio Pitol Demeneghi a la edad de 85 años, por complicaciones de la afasia progresiva una enfermedad neurodegenerativa, deterioro del lenguaje, que sufría desde hace varios años. Nacido en Puebla, pero veracruzano por adopción, vivió con su abuela en Córdoba, perdió a su padre a los 5 años de edad, al igual que a su madre y hermana menor. Padeció paludismo y creció entre libros que fueron su mejor medicina y refugio hasta convertirse en un lector de tiempo completo, como el mismo dijo alguna vez.
En la adolescencia hizo su primer viaje al extranjero, observador y analista profesional que lo llevaron a ser un viajero infatigable. Abogado de formación y escritor por vocación. Dedicó su vida a la literatura, un consumado bibliófilo y un magistral escritor.
Hombre brillante, autor veintiséis libros de ensayo, narrativa y memorias, además de quince antologías, obtuvo un sin número de preseas, entre ellas el Premio Juan Rulfo, el Premio Herralde de novela, el Premio Nacional de Ciencias y Artes, el Premio Mazatlán de Literatura, el Premio Miguel de Cervantes y el Premio Internacional Alfonso Reyes.
Miembro de la Academia Mexicana de la Lengua y traductor de algunos de los autores fundamentales en la literatura universal, su propia obra ha sido traducida a otros idiomas.
Las letras de Sergio Pitol, están llenas de vida, porque transmite energía, sentimiento, dolor, pasión, con matices de humor al referirse a las contradicciones de la sociedad. Alguien dijo de él: “sabía, como vivir, escribir es sangrar, es quitarse la piel, es exhibirse”. Según sus palabras “Escribir es ser mejor, es amar y ser amado, es grabarse a fuego la derrota del tiempo y la victoria sobre la muerte a través de la propia obra. Escribir es conocerse. Colocarse ante la responsabilidad de la palabra. En voz de Sergio Pitol: “Uno es los libros que ha leído, la pintura que ha visto, la música escuchada y olvidada, las calles recorridas. Uno es su niñez, su familia, unos cuantos amigos, algunos amores, bastantes fastidios. Uno es una suma mermada por infinitas restas”.
Descanse en Paz el maestro Sergio Pitol, el mundo literario está de luto.