Hay una historia que me cautiva
Hay una historia que me cautiva: «El gobernador de Arkansas Winthrop Rockefeller se presentó ante una audiencia de neoyorkinos que le recibió con un caluroso aplauso y les agradeció de esta manera el recibimiento:
— Vuestra amable y calurosa acogida me recuerda el caso de aquel granjero que se levantó temprano una fría mañana de invierno y se fue al establo a ordeñar su vaca. Después de terminar, la vaca se volvió hacia él y le dijo: — Gracias por esa mano caliente»1
La moraleja es formidable, cuando en la vida encuentras la calidez de una mano solidaria y amiga, que además de creer en tu tarea… ¡la impulsa!, el camino se hace más agradable. El paso del tiempo me ha enseñado que «Gratitud es una palabra rara. La puedes encontrar en el diccionario; pero en el día a día… ¡ah como escasea!»
El pasado martes por la noche, en el noticiero de Joaquín López Dóriga -el de mayor rating del país- se trasmitió un reportaje de dos minutos del Filósofo de Güémez y dentro de este, una breve entrevista que Santos Mondragón me hizo.
¡GRACIAS! es lo que HOY el viejo Filósofo dice al Gobernador del Estado de Tamaulipas, ingeniero Egidio Torre Cantú, a su talentoso coordinador de Comunicación Social, licenciado Guillermo Martínez García, por promover por medio de TELEVISA, los haberes y saberes de la cultura y los valores de nuestra tierra, entre ellos a este rustico campesino de Güémez.
¡GRACIAS! a mi casa editorial TELEVISA, que por conducto de los licenciados Francisco y Eugenio Azcárraga López, y del ingeniero Víctor Reyna Carrera desde hace años, generosamente me ha brindado un espacio para compartir las reflexiones del Filósofo.
¡GRACIAS! al licenciado Joaquín López Dóriga, porque con su liderazgo apoya a difundir la tarea del viejo Filósofo de Güémez, personaje rural tamaulipeco que «pian pianito», aprendiendo de la sabiduría innata de nuestros abuelos, se ha convertido en un referente del humor del norteño, con un sentido práctico de vida, lleno de obviedad, simplicidad, con el sentido común a flor de piel.
No hay nada más agradable en la vida que se compare con un hombre que con humildad, sepa agradecer desde lo más profundo de su alma, la mano que se tiende para dar alas a los sueños de ser cada día mejor.
A todos los que creen, apoyan e impulsan mi modesta tarea ¡GRACIAS! Y QUE DIOS LOS BENDIGA, William Arthur Ward dice: «La gratitud trasforma la rutina de tu vida… ¡En una fiesta!
Y es que eso es la vida para mí: ¡Una fiesta! Muchas veces la gente me pregunta ¿Qué de ‘ónde saco tantas cosas, unas veces llenas de ingenuidad otras de sabiduría? ¿Po’s de ‘ónde ha de ser?, sino de las enseñanzas de los abuelos, que son el cordón umbilical entre la excepcional fantasía de nuestros pueblos y la cruda realidad del México moderno, hay en ellos una rica mezcla de profeta, visionario, trovador, poeta y filósofo.
Trabajo en cada artículo, en cada reflexión o comentario, buscando proyectar alguna de las tres visiones del Filósofo: la visión política, la espiritual y la del humor; humor -que ayuda a fortalecer el sentido del logro- y que es un patrimonio intangible del mexicano.
A propósito de humor, dice el Filósofo: «Hay sabios que ni a la primaria fueron… ¡Y hay pendejos que hasta doctorados tienen!»
Pues resulta que con muchos sacrificios el Simpliano envió a su hijo Ingeniero Agrónomo a estudiar un doctorado al extranjero, una vez titulado este, vuelve a Güémez, se da una vuelta por la parcela de su Papá y le dice:
— ¡Mira Papá!, veo que estás trabajando con métodos tan viejos, pasados de moda, arcaicos y anticuados, que hacen que tu producción sea demasiado baja. Por ejemplo, a que no puedes conseguir siquiera 10 kilos de manzanas de cada uno de estos árboles.
— ¡Claro que no hijo…! ¡Este es un árbol de naranjas!
1 http://www.anecdonet.com/2011/05/19/agradecimiento-en-ancdotas/
filosofo2006@prodigy.net.mx