Hipólito Rodríguez, entre la torpeza y voto de castigo
Línea Caliente
Por Edgar Hernández*
¡Bien se dice que al perro más flaco se le cargan todas las pulgas!
Mal y de malas anda el amigo que trae con hipo a todo Xalapa.
En medio del descrédito y repudio ciudadano, el alcalde de la ciudad capital, Hipólito Rodríguez, simplemente huye. Se va de paseo amparado en el jugoso presupuesto que le brinda la alcaldía.
Mientras la ciudadanía está que trina.
Irresolubles problemas fundamentales como el abasto de agua, la recolección de la basura y el bacheo del paraje lunar en que está convertida la ciudad capital, son asignaturas pendientes.
A ello se suman solapados temas de repudio por las aviadurías escondidas para los amigos de Morena. Las millonarias contrataciones de funcionarios importados de Puebla y la ciudad de México… y lo último.
La revelación hecha por la colega periodista Claudia Guerrero en el sentido de que el responsable de la “seguridad ciudadana en Xalapa” designado por Hipólito, fue cómplice en la impunidad para los que provocaron la muerte de 12 personas y 16 heridos de gravedad en el antro “News Divine” sucedida el 20 de junio del 2008.
Sobresale el nombre, dice la Guerrero, de uno de los involucrados en esta tragedia: Julio César Sánchez Amaya, quien –cuando la tragedia- se ostentaba como Director General de la Policía Sectorial “y es actualmente, el encargado de Seguridad Ciudadana en el Ayuntamiento de Xalapa… Es de los flamantes cerebros traídos de la Ciudad de México, contratados por el actual Presidente Municipal de Xalapa, Hipólito Rodríguez Herrero”.
Por ello y muchísimas cosas más, en Xalapa, la gente está muy molesta con el impresentable Hipólito.
Carece de personalidad.
En mangas de camisa y pantalones –como dijera Cantinflas, “caidos”- se presenta ante la orgullosa y culta Xalapa.
Ausente del más elemental argumento discursivo no convence ni a su chofer y es repudiado por el grueso del personal del ayuntamiento al imponer una política de terror y despidos.
Así y consciente de ello, el edil simplemente huye.
Ahora se va de vacaciones a Omaha, Nebrasca, en Estados Unidos, en el momento de más grave tensión de las relaciones con México.
Nadie fue capaz de aconsejarle que mejor se fuera a Cancún o a Bora Bora. No.
La elección fue por el país más racista del mundo, donde su presidente, el abominable Donald Trump manifiesta en el día a día su odio por los mexicanos a quienes escupe en la cara y echa a patadas.
¿Dónde quedó su izquierdismo cosmético?
Xalapa ha tenido malos alcaldes. Reynaldo, David Velasco y la tramposa y transa de Elizabeth Morales, pero como éste ninguno.
Es omiso. Parece autista. Le vale un cacahuate lo que se diga de él. Carga con un señalado desgobierno. No lo pela el gobernador. Todos los brincan a las barbas… hasta la mujer y la novia y francamente la ciudadanía, por lo que se percibe, está hasta la madre de él y arrepentida de haber votado en su favor.
Y esto no es un problema menor.
A menos de 90 días de las elecciones a nivel federal y estatal en donde estará en disputa la gubernatura ya hay la percepción de no votar más por los morenos, del ya basta de experimentos fracasados.
Lo de Xalapa con su fallido alcalde está alcanzando proporciones estatales.
Hay coraje entre los veracruzanos por el fracaso repetido de Morena en la elección de sus cuadros políticos para cargos de elección popular. Y es que al ganar y ser gobierno nomás no pueden.
La pesadilla de Hipólito apenas empieza y ya no sabemos cómo librarnos de él. Así, de cara a la elección del primero de julio no son pocos los que se ponen el curita del voto de castigo para quienes salieron peor que los azules.
El legendario Hipólito aún no cumple cien días de un mandato de cuatro años y ya se nos hizo eterno y eso sí que ¡Está cabrón!..
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo