Historias de Pantalón Largo
Historias de Pantalón Largo
Por Héctor Larios Proa
Fotografía Héctor Arellano Jr.
Hacer realidad un sueño requiere de paciencia para tocar las puertas correctas que al abrirse encuentran un apoyo hasta convertirse en pasión, fue precisamente esto lo que sucedió al
fusionarse talento, liderazgo y amor por Xalapa.
Platicamos con Sergio Benítez Obeso y Arturo Aguayo Lozano, quienes se sumaron a entusiastas empresarios como Alfredo Chedraui Obeso y Alfredo Hákim Aburto en la aventura de llevar futbol
profesional a la capital del estado para estar al frente del Club Delfines de Xalapa.
Recién ascendido a la Segunda división de futbol profesional mexicano, el compromiso era mayor al igual que la exigencia dentro y fuera de la cancha se requería de orden y dirección.
La designación no pudo estar en mejores manos. Empresarios exitosos con ideas jóvenes sostuvieron reuniones para buscar patrocinios y conseguir apoyos incondicionales. Las exigencias
presupuestarias de los largos viajes del calendario deportivo los hacían recorrer estadios de todo el país, además de reforzar al plantel.
Durante su gestión, Sergio
Benítez Obeso y Arturo Aguayo Lozano destacaron para llevarlos a la antesala
del máximo circuito del futbol nacional con acuerdos con empresas para mejorar
las condiciones de los viajes, convenio de filiación con los Tiburones Rojos y
ser el semillero del equipo rojo, además del aporte el 40% de la nómina a
cambio poder seleccionar a cinco jugadores libres. Otra acción a destacar fue la
instalación del alumbrado al Estadio Quirasco.
Estas fueron algunas de las aportaciones de una directiva comprometida que tenía como proyecto ofrecer a la juventud de la capital y la región oportunidad para destacar en el futbol profesional sin afán de lucro, además despertaron la pasión logrando llevar a las gradas un ambiente formidable, nos platican los entrevistados Sergio Benítez Obeso y Arturo Aguayo Lozano.
Treinta años de experiencia en la gestión y dirección deportiva les avala, tanto en el golf, en el futbol con Delfines en los años 90’s y en basquetbol con los Halcones de la Universidad Veracruzana en tiempos recientes. Su visión empresarial se sumó a la misión social del deporte, tejer redes de identidad que ofrezcan a los jóvenes estilo de vida saludable y oportunidades para aprender el camino rumbo a la victoria y las lecciones que brindan las derrotas.
Las palabras surgen detrás de
los recuerdos de emociones de logros como aquella victoria de la semifinal
frente a Pioneros de Cancún jugando de visita, cuando con un jugador menos, por
una expulsión, lograron en los últimos minutos llevarse la victoria y el pase a
la gran final. “Es una de mis satisfacciones en el futbol como dirigente ser
testigo del esfuerzo de los jugadores, no bajar los brazos en busca del
triunfo”. Comenta Sergio Benítez Obeso.
Por su parte, el arquitecto
Arturo Aguayo nos comparte: “la satisfacción de alumbrar el estadio, invaluable
saber que al emprender esta aventura deportiva se cuenta con amigos que te
apoyan y una responsabilidad social. Además de la satisfacción de los triunfos,
ser testigo de la tristeza que ocasiona la derrota, y aprender sus lecciones para
salir adelante. Porque todos aprendemos algo, más en las caídas”, subraya el
arquitecto Aguayo al recordar haber perdido en la final frente al Real Hidalgo.
“Lo reconozco como un error de la directiva al no saberse imponer frente a la
recomendación del entrenador”. Remata el comentario.
¿Qué sucedió? “Emilio Gallegos, un buen entrenador decidió que el primer juego fuera de local y cerráramos de visitante. Al principio pensé que era broma, pero hablaba en serio. Él, argumentaba que el equipo había tenido más triunfos de visita que de local, además había logrado un ascenso con esa estrategia. La verdad no estábamos convencidos lo consultamos con Gerardo Gallegos entonces directivo del Veracruz con experiencia en Federación quien nos recomendó que apoyáramos al técnico. Resultado, nos ganaron el juego de ida, en el partido de vuelta ya no pudimos remontar”, recuerda el triste pasaje que aun duele.
¿Por qué desaparece Delfines del plano profesional? Los costos de operación eran altos, la nómina la tuvimos que bajar, otro factor fue que el club Veracruz, manejado por TV Azteca siendo directivo Moisés Saba, determinó de forma unilateral dar por concluido el convenio, simplemente nos informó que terminaba. La baja entrada del público fue otro de los factores, no alcanzábamos ni las quinientas entradas”.
¿Xalapa
podría albergar futbol profesional? “Hay poca gente que haga algo
sin recibir nada, hay muchos a los que sólo les interesa aparecer en la foto.
En el basquetbol con los Halcones, con un presupuesto bajo logramos el primer
año el cuarto lugar nacional, el segundo año llegamos a la final y al tercer
año se obtuvo el campeonato. Se contaba con el apoyo de la Universidad
Veracruzana. Un año después su presupuesto anual ascendió por arte de magia, el
resto es historia conocida.
El deporte no es un negocio,
una política deportiva debe de estar orientada al beneficio de la sociedad para
su salud y recreación generando espacios dignos para su práctica y para eventos
de alto nivel se requiere que el público apoye. En el deporte se invierte
dinero y tiempo, pero al final nos brindan grandes satisfacciones.
Xalapa no es una ciudad
industrial, es una ciudad de universitarios, donde radica la burocracia
gubernamental, se necesita líderes, generar empresarios que permitan
inversiones en el deporte. Hace falta líderes como Alfredo Chedraui”, finaliza
Arturo Aguayo Lozano brindando una sucinta cátedra de gestión deportiva que
envidiaría cualquier universidad.
El mensaje final a cargo de
Sergio Benítez Obeso, agradece la oportunidad por la invitación al proyecto que
generó el entusiasmo de la afición xalapeña y que treinta años después aún
recordamos y hace un exhorto para que los pequeños del Club Delfines continúen
escribiendo la historia para orgullo de Xalapa, Veracruz.