HISTORIAS ESCALOFRIANTES EN EL OLÍMPICO UNIVERSITARIO
HISTORIAS ESCALOFRIANTES EN EL OLÍMPICO UNIVERSITARIO
Alejandra
Benítez
Agencia
Reforma
Ciudad
de México 31 octubre 2024.- El Estadio Olímpico Universitario siempre está
rodeado de historias paranormales que se esparcen de boca en boca y que dejan
pensativo a más de uno.
La
casa de los Pumas es uno de los inmuebles más viejos de la Liga MX, tiene 71
años y prácticamente así se ha mantenido a lo largo del tiempo, ya que al
tratarse de una construcción que es Patrimonio de la Humanidad, no se le puede
tocar nada.
Una de
los relatos más comentados es el de Pedro Peñaloza Pazos, quien fuera jugador
de Pumas y murió a los 20 años en un accidente automovilístico.
El
defensa central se formó en las fuerzas básicas del club en espera de una
oportunidad para debutar que nunca llegó.
A
Pedro le tocó vivir las épocas más duras del equipo, sin que los resultados
llegaran y el 22 de diciembre del 2000, Miguel Mejía Barón quien era el
director técnico del equipo, le notificó que no entraba en planes.
Un día
después murió en un accidente automovilístico en la Autopista del Sol, amigos y
compañeros del equipo le dieron el último adiós en Mausoleos del Ángel donde
reposan sus restos mortales.
El
joven canterano era muy querido por toda la gente que trabajaba en el Club,
pues siempre era amable y detallista, también los vendedores de dulces y
raspados lo tenían en alta estima, pues al terminar los entrenamientos consumía
sus productos y les dejaba generosas propinas.
Vigilantes del Estadio Olímpico cuentan que lo
han visto deambular por el acceso a los vestidores y a lo lejos se vislumbra su
silueta inconfundible con su gorra y bolsa de mano, algunos de los que lo
conocieron juran que en un par de ocasiones lo han visto entrar por la puerta
de maratón, donde hay un virgen y en la cual le gustaba persignarse todos los
días.
En
otra de las historias, en el túnel 29, donde murieron una docena de aficionados
asfixiados el 26 de mayo de 1985, durante el partido de vuelta de la Final
entre Pumas y América, se respira una vibra extraña, la piel se enchina y hay
quienes aseguran que por las noches se pueden escuchar voces y algunos
lamentos, la mayoría de los que cuidan el lugar, prefieren no acercarse.
A los
universitarios también los alcanzan historias que dan escalofríos como la de la
niña que se aparece en el túnel de salida de la Cantera, donde entrena el
primer equipo.
Hay
quienes incluso tienen fotos de lo que se puede apreciar como la silueta de una
pequeña, por lo que en cuanto cae la noche, la mayoría se abstiene de acercarse
al lugar.
@ABenitezCANCHA