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Hoy voy a cambiar….

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Héctor Larios Proa

Esta semana iniciaron los cambios esperados en el Ayuntamiento de Coatepec. Son naturales los relevos en puestos claves de la administración.

 

También cambió las batas por trajes y corbatas, con una encomienda  diferente, pero con una tarea similar en objetivos: aliviar los dolores, cuidar la salud. Ayer era el curar los cuerpos, aliviar el dolor, combatir virus y enfermedades,  hoy se trata de aliviar la administración municipal, combatir la corrupción, brindar seguridad y confianza a través de la transparencia y rendición de cuentas. Urgente reclamó social.

Esa es la misión que demanda la sociedad: cambiar. Así interpretamos la toma de protesta del nuevo alcalde, quien tuvo buena capacidad de convocatoria ciudadana de habitantes del centro de Coatepec que fueron invitados sin distinción de partidos, llenaron la sala de cabildo. Esta vez no hubo acarreados ni porristas, fue un acto protocolario austero, tal vez por la urgencia el salón fue insuficiente porque desde su diseño no quisieron valorar las altas expectativas del cambio anunciado desde el Congreso. Que su solitaria llegada no sea mal presagio.

Un cambio de actitud es lo que se necesita en el servicio público. Por supuesto de la mano de valores intrínsecos como la honradez, responsabilidad, compromiso, profesionalismo que eleven el nivel de la productividad y eficiencia en la administración municipal. Los servidores públicos están para servir. Es momento de recuperar la credibilidad en los gobernantes. Una oportunidad que se debe aprovechar.

Que estos cambios no sean para que todo siga igual, continuando la inercia del modelo de dominación burocrática tradicional en nuestro país.

La coyuntura de cambio se reflejó en la semana en figuras desfilando por los pasillos de palacio solicitando una oportunidad, pedir trabajo no es malo que no se confunda, lo criticable es que se pueda otorgar un cargo público al recomendado, al amigo, al compadre y no necesariamente del nuevo titular, sino de recomendaciones desde cotos de poder, sea de algún líder de trabajadores, o políticos que pretendan sembrar una estructura política para la próxima campaña que se avecina.

Es hora de desmantelar la vieja estructura corporativa que tanto daño ha hecho a México, y que solo cumple con reproducir el viejo sistema antidemocrático que impide a la comunidad construir instituciones democráticas en función de necesidades sociales y no de intereses personales o de grupo. Ya lo dijo el CONEVAL, cada día somos más pobres. Sin olvidar el aumento a la deuda pública del estado y el municipio.

Las estructuras políticas del país iniciando desde el orden municipal requieren de cirugía mayor, y solo será posible con la fuerza ciudadana para legitimar las acciones de combate a la corrupción y los abusos de poder tan arraigados desde siempre. Los vientos soplan a favor de la corrección. El Dr. Ricardo Palacios cuenta con el respaldo de los coatepecanos que tienen expectativas altas.

El cambio no significa quitar a uno y poner a otro, eso sería un reduccionismo de buenos contra malos. Es hora de hacer un diagnóstico que identifique fortalezas y debilidades. Responder ¿qué Coatepec queremos? Primer cuestionamiento para elaborar un plan maestro a treinta años. Del cual se deriven programas y actividades involucrando todas las áreas, es decir un proyecto integral de participación multidisciplinaria que opere transversalmente. Un proyecto que recupera el orgullo de ser coatepecano. Definidos los objetivos y funciones se derivan los perfiles de cada puesto a seleccionar y no por recomendaciones del padrino en turno.

Es deseable que el cambió de batas por trajes y corbatas no deje estela con olor a naftalina que nos haga recordar, más bien sufrir, tufos de viejos estilos de gobierno. Enseñar el musculo, el oficio político, la capacidad de negociación para lograr consensos está por verse. A cruzar los dedos.

No nos empiojemos como la selección de futbol.  Por cierto, que gran distractor social.

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