HUELLAS DE UN DEPORTISTA COATEPECANO
ARS SCRIBENDI
Por Rafael
Rojas Colorado
Primera
parte
Esta es la historia de un deportista coatepecano que
nació el 12 de mayo de 1936, cuando gobernaba el país el “tata” Lázaro, cuando
empezaban a suceder importantes cambios sociales en la ciudad de México, pero
en Coatepec, todavía se respiraba el sosiego de la provincia. Rafael Arredondo
Colorado, en la felicidad del espacio que le brindó la niñez, por su barrio que
todos conocían como el crucero o la mosca, disfruto de juegos y travesuras y
ver cruzar a ese nostálgico trenecito que llamaban “El piojito” que también era
sinónimo de progreso. El compartía el techo con su abuelita Silvina Colorado
Landa, señora de buenos sentimientos que lo educaba como si fuera su verdadera
madre.
En ese tiempo en el pueblo predominaba el trabajo del
campo, también los oficios, y en la clase media estudiar la educación primaria
ya era sinónimo de un hombre de estudios para integrarse al campo de trabajo.
Cuando la adolescencia le comenzó abrir los brazos pensó en aprender el oficio
de la mecánica en el armado de maquinaria para café. Fue aprendiz en el taller
de don Abel Aguilera ubicado en el barrio de Terán, posteriormente en la Casa
Orea, uno de los trabajadores de este último taller, tenía una bicicleta que en
ese tiempo era un lujo, su buena voluntad la manifestaba prestándole su máquina
de turismo al joven Rafael que en poco tiempo aprendió y salía a pedalear en
dirección de sus sueños por la quietud de las calles provincianas del Coatepec
de los años cincuenta.
Rafael Arredondo sentía pasión por la bicicleta y cuando
pedaleaba, sus ilusiones se acrecentaban y dejaba que el viento las esparciera.
Fue entonces que se dedicó a entrenar dicho deporte, que por ese ayer fue muy
visto y popular en el seno del pueblo coatepecano y de la región. Muchos
lugareños como: Cristino Quintos, Ricardo Moreno, Pastor, Sócrates Pelayo, Raúl
Monge y entre muchos más, Juan López Almanza. Rafael recuerda con bastante
admiración a Hesiquio Cantero, gran figura de ese tiempo. Rafael Arredondo se
hizo acreedor de varios trofeos y con su equipo ganaron durante tres años la
clásica vuelta ciclista de ese tiempo, cuyo recorrido estaba trazado con salida
en Coatepec –Xalapa–Las Trancas–Coatepec–Xico–Coatepec, una ruta de más de
cuarenta kilómetros que exigía de mucha fortaleza física y espiritual para
culminar en los primeros lugares. Su equipo estaba conformado: Rafael Arredondo
Colorado; Juan López Almanza; Manuel Castañeda y Efrén López “El cacahuate”.
Situarse en esa época es escuchar la nostálgica sirena de la patrulla y ver
salir corriendo de sus casas a niños, jóvenes y adultos hacia la carretera para
ver el paso de los ciclistas, aplausos y porras a los punteros, ánimo a los
rezagados o bañarlos de agua con una cubeta, todo formaba parte de este
espectáculo deportivo amateur, tan solo por amor a la camiseta.
Cuando Rafael tenía 17 años de edad, un vecino llamado
Antonio Tejeda lo invito a solicitar trabajo en la Fábrica Nestlé, la planta
productiva la acababan de cimentar en un predio que pertenecía a la Orduña,
apenas estaban haciendo los preparativos para comenzar la producción de
manufacturar leche condensada. En el año de 1955 pisó por vez primera la
fábrica. Estaban preparando todo para el arranque que sería un año después,
pero conoció a compañeros con los que se convertían en la primera generación de
trabajadores de la sección tres Nestlé: Ángel Reyes, José Fernández, Efrén
López, Gaspar Carvajal, Hilario García Mávil, Mario García, Altagracia Texón,
Margarita Castañeda, Aurora Castellanos, Bertha García, más tarde llegaría
Refugio Luna y Guillermina Pomares. Rafael Arredondo Colorado recuerda que se
organizó el primer comité que representaba en la secretaría general Jorge
García Ramírez, Antonio Montero y un tal Roberto Castillo que no es el fogonero
que nuevas generaciones conocieron. Se cambiaban algunos elementos como Pompeyo
Sánchez, Guillermo García, Ramón Flores y Manuel Castañeda entre algunos más,
pero Jorge García y don Antonio Montero siempre figuraban con importantes
carteras dentro del sindicato local. La oficina de la CTM Regional en Coatepec
se ubicaba en una casa frente al parque Miguel Hidalgo en La calle Luis de san
José y allí les daban permiso de sesionar.
Jefes que recuerda de aquella primera generación al
gerente Holder Hans Calder, Pius Kuafman, Max Traksler, el primer jefe de
Hojalatería Mario Sotolongo, al señor Bucher entre otros.
Su desempeño fue eficaz y eficiente, en el año de 1970,
es designado tesorero de la caja de ahorros del personal sindicalizado, al
finalizar ocupa la cartera del Consejo de Vigilancia y Justicia del sindicato
local, allí convive con Ricardo Rodríguez Susano, Fructuoso Fernández,
Silvestre Flores, Ramón Flores y, por elección, gana la cartera de secretario
General del Comité Nacional. Dentro de su vida política guarda bellos
recuerdos, satisfacciones y ciertas nostalgias. En el año de 1975 se le
presentó la oportunidad de visitar Argentina, país sudamericano. Se celebraba
un congreso mundial de la alimentación y Rafael Arredondo Colorado, iba como
representante de la alimentación de México. En esa aventura conoció varios
políticos del mundo, pero lo más significativo fue que el director del congreso
–argentino– lo invitó para que se quedara a trabajar en aquel país. Arredondo
lo agradeció, pero le dijo que un familiar enfermo lo requería de vuelta a
México. El día que él regreso a Coatepec, por la noche falleció su abuelita y
madre de crianza, la señora Silvina Colorado Landa. Tiempo después, el
funcionario argentino le mandó un boleto pagado de avión porque lo seguía
esperando en Argentina, pero, finalmente, renunció a la tentadora oferta, solo
él sabe por qué. CONTINUARÁ
rafaelrojascolorado@yahoo.com.mx