INFANCIA Y AUTOESTIMA
INFANCIA Y AUTOESTIMA
Salvador
Farfán Infante
Un poco más de Autoestima, te sugiero que vayas guardando todos los
apuntes de este tema, y las leas para que puedas tener más herramientas para
Prevenir a tus seres queridos de caer en el tormento de las adicciones.
Para darse cuenta de su
propio valor, el infante aprende de manera progresiva a identificar como un
punto de apoyo importante el resultado de sus propias acciones, ya sea que tenga
éxito o fracase, y de esta forma empieza a tener conciencia de su propia
persona.
En esta etapa, el niño
adquiere la capacidad de reflexionar sobre distintos temas y a su vez, de hacer
suyo un sistema de autoevaluación que le permite valorar las normas escolares y
sociales, de modo que su dependencia de un sistema externo disminuye poco a
poco.
Esto no quiere decir
que no tiene necesidad de reforzamientos externos positivos, sino que ya no
tienen un papel fundamental en su desarrollo. De esta manera, a partir de los
ocho años de edad, el niño es capaz de tener una percepción de sí mismo con
base en el conocimiento de sus capacidades y, en consecuencia, de su propia
psicología. En este momento de su desarrollo puede pensar en la posibilidad de
considerar el tipo de conducta que es más conveniente para él.
De ahora en adelante la
autoestima estará influida por lo que ha aprendido de sus experiencias
anteriores, de sus habilidades y de la posibilidad de tener un mejor desempeño
en actividades que considera importantes. Se plantea entonces la pregunta sobre
la existencia de diversas formas de autoestima; es decir ¿existe una autoestima
de tipo material, familiar, social y espiritual? En este caso, estamos hablando
de que la autoestima puede tener varios componentes para una misma persona; en
consecuencia, se entiende que un niño o una persona de mayor edad puede evaluar
su comportamiento y sentimientos en distintas situaciones y considerar cuál de
ellas es la más adecuada.
Valorar que existen
diferentes alternativas de elección evoluciona paralelamente con el desarrollo
de su inteligencia. En la medida en que se plantee situaciones en las que tiene
que poner en práctica su capacidad de elección, mayor será la capacidad de
aumentar su autoestima y de resolver las dificultades que se le presenten.
De acuerdo con los resultados
que sugieren varios investigadores, existen cinco situaciones o dominios en los
que los jóvenes infantes pueden hacer una evaluación de ellos mismos:
1. Las habilidades de reflexión o conocimiento.
2. Las habilidades deportivas.
3. La aceptación social.
4. La apariencia física.
5. La aceptación de conductas sociales.
A partir de los ocho o
nueve años de edad los niños pueden apreciar sus habilidades en situaciones
diferentes. Esta forma de autoestima global corresponde a diferentes combinaciones
de la evaluación de sí mismo. Es importante comentar que estas situaciones o
dominios dependen de la importancia que los infantes le otorguen a cada una de
ellas.
Fuente: Habilidades
para la vida. Guía para educar con valores.
Centros de Integración
Juvenil