Daniel Badillo

Inicio complicado

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DANIEL BADILLO

 

Resulta prematuro anticipar si la administración del gobernador Cuitláhuac García Jiménez hará un buen o mal papel en beneficio de los veracruzanos. Su inicio ha sido complicado pero debe reconocerse que cuando menos la prueba de fuego que significó el pago de salarios y prestaciones de fin de año para la burocracia estatal fue bien superada. No obstante, muchos observan un gobierno sin orden, deshilvanado, desgarbado, carente de plan y proyectos a mediano y largo plazos. Pareciera que no existe una agenda temática definida. Falta una columna vertebral que integre y coordine esfuerzos. No se cuenta con un plan de desarrollo pues ni siquiera se ha convocado a la sociedad a participar en los foros para integrarlo. Todo mundo trae su propia agenda. Ya en algunos espacios de opinión se ha dicho que el gobernador está solo. Tiene mucha gente a su alrededor pero pocos resuelven. Más bien le complican las cosas. Y es que el mandatario no debiera ser el “pararrayos” ante crisis como la ocurrida con la familia de estadounidenses que fue vejada por policías estatales en Actopan. Para eso está el secretario de Gobierno. Pero ante el mar de confusión y de versiones tuvo que ser el propio gobernador quien diera la cara. 

 
La única certeza que se tiene en estos momentos de que las cosas saldrán bien es que el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, apoye a Cuitláhuac con todos los recursos necesarios para que pueda hacer una labor a la altura de lo que merece la sociedad. Se requiere que la federación esté más pendiente de lo que ocurre en Veracruz pues de lo contrario podría volverse una piedra en el zapato para el nuevo gobierno federal. De hecho, en la toma de posesión de la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, el propio López Obrador dijo que la experiencia de Claudia Sheinbaum le permitía estar tranquilo pues era “un dolor de cabeza menos”, al sostener que tenía confianza en que ella hará un buen papel como máxima autoridad de la capital del país.
 
Del equipo de Cuitláhuac mejor ni hablar. Hasta ahora han destacado por grises, desconocidos, monotemáticos e inexpertos. Se observan temerosos y carentes de oficio. No comunican ni transmiten certeza. La gran mayoría carece de antecedentes en la función pública. Muchos de ellos vienen de la estructura electoral de Morena y si bien tienen todo el derecho de tener un empleo, lo cierto es que para las condiciones tan delicadas en que se encuentra el estado no se puede ni se debe improvisar. Se requiere de perfiles que garanticen resultados. Lo mismo ocurre con el alcalde de Xalapa. Si bien se trata de un catedrático destacado, como autoridad ha dejado mucho que desear. Para los xalapeños el año que concluyó fue un año perdido; sin obras, sin acciones ni hechos relevantes, lo que deja en claro que no basta con ganar para hacer un buen papel.
 
El tiempo hará su parte. Conforme avanzan los días los veracruzanos esperamos que tanto el gobierno estatal como federal den muestra de que saben hacer las cosas. Ambos tienen un bono democrático indiscutible. Tienen un gran respaldo popular por lo que se espera mucho de ellos. Repito, la única certeza que tenemos es que la federación no deje sólo al estado. Se requiere de un acompañamiento real para que los planes que ha diseñado López Obrador para el país aterricen en Veracruz y contribuyan a mejorar las condiciones de vida de la población. En el caso de Cuitláhuac, ojalá que sus funcionarios verdaderamente lo ayuden y no le pongan trampas para que fracase, pues más de uno se solaza con la posibilidad de que falle.
 
mariodanielbadillo@hotmail.com

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