Inmigración y violencia
Norma Carretero Rojano
Hace apenas unos días se llevaron a cabo en todo el pais diferentes actos encabezados por autoridades de cada lugar conmemorando el “Dia internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer”, cuyo génesis lo es el tan lamentable suceso ocurrido el veinticinco de noviembre del año mil novecientos sesenta en República Dominicana en contra de las hermanas Mirabal: Patria, María Teresa y Minerva; parte de historia que tuve el privilegio de escuchar en uno de mis viajes a aquél país que además considero mi segunda patria, a través de su única protagonista sobreviviente: mi querida y siempre recordada “Dedé” (Bélgica Adela Mirabal), quien sin proponerselo daba grandes lecciones de fe y humildad.
Me parecen éstos hechos el marco ideal contemporaneo para comentar de la violencia que sufren los inmigrantes que llegan a México con el sueño de mejorar sus condiciones, su economía y en general sus vidas sin imaginarse los peligros que los acechan y tienen que enfrentar durante su trayecto por diversas fronteras del mundo. En ésta ocasión lo acotaré a su paso por nuestro pais, venidos de Centro y Sudamerica.
En dias pasados tuve la oportunidad de participar de manera activa en un foro de la Iglesia Metodista en la ciudad de México, pues estuve a cargo de la alimentacion de los participantes en aras de desempolvar mi formacion profesional como administradora de empresas turísticas. En dicho evento se reunieron ovispos de todo el país, Colombia y Guatemala. El foro se tornó sumamente interesante, pues la iglesia metodista se encuentra trabajando en un programa de apoyo a aquellos inmigrantes que, a lo largo de su recorrido son objeto de violencia de todo tipo, es decir, desde la discriminacion hasta la violación a sus derechos fundamentales en un mundo globalizado: son asaltados, ultrajados, atacados sexualmente y muchas veces son proclives a ser victimas de homicidio, uno de los bienes jurídicos tutelados de mayor relevancia en las sociedades, además, de pasar frio y hambre, en el mejor de los casos.
El Hispanic-Latino Ministery(1) ha hecho un análisis minucioso de las rutas migratorias en México, detectando tres rutas conductoras de éste fenomeno social: una, que parte de Tabasco para continuar por los estados de Veracruz, Distrito Federal, San Luis Potosi, Monterrey, Tamaulipas y Ciudad Juarez; la otra ruta detectada lo es aquella que inicia en Tapachula siguiendo hacia Veracruz, Distrito Federal, y tangencialmente hasta llegar a Ciudad Juarez y, por ultima, aquella ruta que puede salir tanto de Tapachula como de Tabasco, siguinedo por los estado de Veracruz, Distrito Federal, Guadalajara y corriendo por el Pacifico hasta llegar a Tijuana, esta ultima llamada “la ruta de California”. Como podemos observar claramente es un recorrido de muchos kilómetros a lo largo de toda la república mexicana.
Este proyecto de apoyo integral a inmigtantes tan ambicioso, también requiere de una logistica compleja, donde se conjuntan esfuerzos con diferentes dependencias y grupos de apoyo. A saber, se tienen también detectados los consulados y embajadas con las que se trabaja de manera conjunta para el logro de los objetivos. En Chiapas se encuentran los consulados de Guatemala, Honduras y Nicaragua; en Tabasco, los consulados de Guatemala y El Salvador; en el Distrito Federal, se cuenta con las embajadas de El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua; así mismo, en Jalisco, con los consulados de Guatemala y Nicaragua; en San Luis Potosi, con el consulado de Honduras; en Monterrey se encuentran los consulados de El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua y finalemtne en Baja California con los consulados de Guatemala y Honduras. También se tienen detactadas varias sedes de la Comision Nacional de Derechos Humanos a lo largo de cada una de las rutas antes citadas, por ejemplo, en Tapachula, San Cristobal de la Casas, Ixtepec, Distrito Federal, Torreon y Tijuana, del lado del Pacifico; del lado del Golfo, encontramos en Villahermosa, Coatzacoalcos, San Luis Potosi, Reynosa, Nogales y Ciudad Juárez.
En ésta tesitura la Iglesia Metodista de México es que llevó a cabo tres dias de trabajos intensos en la sensibilización, distribución de tareas y acercamiento con jovenes del Seminario Dr. Gonzalo Báez Camargo, contagiando su entusiasmo para apyo en ésta tan loable labor dentro y fuera del país.
A título personal, independientemente de mis inclinaciones religiosas por una u otra filosofía, considero que en la actualidad numerosos grupos de personas y de sectores de nuestra sociedad se pronuncian de manera propositiva en las dinámicas y fenómenos sociológicos, lo que hace su labor aún más noble en el apoyo y caridad hacia el prójimo con un marco legal que permea el desarrollo de éstos programas haciéndolos reales, tangibles.
(1) Goo.gl/oMn9oJ
«Si me matan, sacaré los brazos de la tumba y seré más fuerte». Minerva Mirabal (1930-1961), activista dominicana.
E mail: normacarreterorojano@hotmail.com