INSISTIR EN EL PASADO
INSISTIR EN EL PASADO.
Martín Quitano Martínez
twitter: @mquim1962
No se puede planear el futuro según el
pasado.
Edmund
Burke
Dicen que la historia tiende a
repetirse. Esa idea implica en muchos casos no recordar, desmemoria; en otros
muchos simplemente recomponer creencias, acomodar intereses, concretar o buscar
concretar nostalgias. Pero no siempre es bueno regodearse en un pasado que se
recuerda como mejor, mucho menos cuando se enmarca en certidumbres que hoy por
hoy no se encuentran porque simplemente las cosas han cambiado. No me refiero esencialmente
a la naturaleza humana individual sino a ese espacio social y territorial que
complica crecientemente nuestras convivencias, nuestras relaciones.
Nuestro país se encuentra
sumido en ese debate de lo complejo de una vida de desigualdades y violencias,
que no son solo suyas, pero que a los ojos cotidianos es harto difícil de
concebir como el escenario donde la felicidad campea y por ende sale a festejar
de forma vibrante ante una convocatoria y más aún cuando proviene del mismo
poder. La realidad es que la carga de problemas en los que nos encontramos se dimensionan
aún más profusamente con los niveles de polarización que se estimulan
diariamente.
Lo preocupante es que frente a
lo cotidiano, en nuestro país se responda con las retóricas de condiciones no
solo imaginarias sino agresivas a la inteligencia y claramente desmontables de
cara a pruebas básicas que encuentran comprobaciones negativas frente a lo que
pareciera la insistencia de las simulaciones y las mentiras como sellos de la
construcción de una realidad paralela que se asume inobjetable e intolerante.
Insistir en el pasado como
prueba inequívoca del paraíso del cual fuimos expulsados en los últimos 30 años,
ha resultado pegajoso y asimilable por muchos, el asunto es si el presente y el
futuro deben establecerse en esos tiempos previos al cataclismo neoliberal, ignorando
lo poco o mucho que se avanzó, reconociendo los pendientes y ofensas
establecidas, dando pautas a retrocesos que se sustentan en reciclar viejas
prácticas también seriamente cuestionables.
Son muchas las posibilidades
que se están dando para que tenga continuidad esta visión del ejercicio
político y público, una visión que rechaza la pluralidad, desconoce la opinión
distinta, que descalifica y adjetiva. Son altas las posibilidades en la medida
en que se alimentó de aglutinar los hartazgos frente a los pasados gobiernos
ineficientes y corruptos, frente a las arbitrariedades y las injusticias que
aún mantienen un importante nivel de esperanza en amplios sectores sociales.
Sin embargo, paralelamente y
ante la percepción que se ha ido forjando de poco cumplimento de expectativas y
en muchos casos de desilusiones ante la reproducción de actitudes y
comportamientos nada diferentes de lo que tanto se cuestionó, el proyecto puede
crujir.
Los debates hacia el interior
del propio grupo gobernante y de las fuerzas que lo respaldan parecen anunciar
condiciones complejas y que preocupan o pueden preocupar al mismísimo líder. Las
batallas internas y las respuestas parecieran cada vez más amplias de una
oposición más ciudadana que partidaria, sin duda estarían planteando la necesidad
de hacer procesos de cicatrización interna y reposicionamiento hacia afuera que
seguro serán vistas y sentidas en mucho
más que una convocatoria a solo una marcha multitudinaria, por muy reconfortante
que le pueda ser.
DE LA BITÁCORA DE LA TÍA QUETA
Justificar
la desaparición de las Escuelas de Tiempo Completo en lugar de volverlas eficientes.