¿INSUFICIENCIA RENAL? CUIDA LO QUE COMES
¿INSUFICIENCIA RENAL? CUIDA LO QUE COMES
Ricardo Israel Sánchez
Becerra
Agencia Reforma
Ciudad de México 11 agosto
2024.- Atendiendo a personas con Enfermedad Renal Crónica (ERC), conocida
también como insuficiencia renal, la nefróloga Nadia Saavedra a menudo enfrenta
cierta renuencia en cuanto les menciona que deben comenzar a cuidar lo que
comen.
«Yo batallo mucho en mi consulta diaria
cuando le digo al paciente que tiene que dejar de tomar refrescos y de comer
enlatados, embutidos Me miran con una cara como diciendo: ‘¿De qué está
hablando esta mujer?'», cuenta en entrevista telefónica Saavedra, gerente
médico de Laboratorios Columbia.
«No muchos saben que tienen que cuidar su
alimentación cuando tienen esta enfermedad. Y los que saben que tendrían que
incluir la nutrición (como parte del tratamiento), pues les da miedo porque
piensan que no van a comer ya lo que les gusta y va a ser totalmente
restrictivo», apunta, por su parte, la nutrióloga clínica, Karla del Castillo.
Es la incapacidad de los riñones para seguir
cumpliendo con su importante trabajo de desechar a través de la orina lo que el
cuerpo no necesita -es decir, una disminución de la función renal- lo que
obliga a que las personas con ERC no puedan seguir comiendo de manera
indiscriminada.
Uno de los riesgos, ilustran las
especialistas, es que la urea, principal residuo de las proteínas que se
ingieren a través de los alimentos, comienza a acumularse en el organismo, lo
cual puede resultar tóxico.
«El cuerpo va degradando las proteínas
para los aminoácidos esenciales y nutrirnos, pero va dejando pequeños residuos
que primero pasan al hígado y después al riñón para ser desechados»,
detalla Saavedra.
«Pero si el riñón no tiene la capacidad
de limpiar el cuerpo de la urea en la sangre, entonces comienza esta
intoxicación», remarca la nefróloga; «aumentan los niveles de esta
toxina llamada urea, que es muy dañina para todo el cuerpo: para el cerebro,
para el corazón, incluso para el mismo riñón».
De ahí que el aspecto nutricional en la
atención a personas con insuficiencia renal comience por el control de las
proteínas que consumen; «como los riñones son los encargados de depurar
estas toxinas, si no están funcionando bien, pues no le podemos dar más toxinas
que vienen de las proteínas (que comemos)», refrenda Del Castillo.
«Lo primero que se le dice al paciente es
que cuide las carnes rojas, principalmente, porque son las que generan más
urea, más toxinas. No se le prohíbe como tal, pero a lo mejor sí se le dice que
puede comerlas una vez al mes», expone la nutrióloga clínica, refiriéndose
que esta instrucción suele ser más problemática en el norte del País, donde hay
un consumo de carne de tres a cuatro días a la semana, mínimo.
La ERC describe Saavedra, suele ser una
enfermedad silenciosa en un inicio, pues de las cinco etapas de progresión, no
es sino hasta la tercera que empiezan a darse síntomas como fatiga, náusea,
vómito, insomnio, comezón en la piel, e incluso edema en las extremidades y hasta
sangre en la orina.
«Es una enfermedad crónica y degenerativa
porque avanza; es decir, va a ir progresando el deterioro, y no hay regreso.
Todavía no existen terapias que puedan lograr la regeneración de este tejido
(el riñón)», subraya la nefróloga.
«Por eso es importante detectarla a
tiempo. Todavía en estadios tempranos, en etapas moderadas, se pueden dar
tratamientos -como una dieta baja en proteínas acompañada con alfacetoanálogos-
que pueden retrasar la progresión de la ERC», agrega el especialista.
Dichos alfacetoanálogos son un grupo de
aminoácidos esenciales y precursores de éstos a los cuales se les ha extraído
el nitrógeno para así reducir la sintomatología urémica; «lo que hacen es,
en conjunto con una dieta baja en proteínas, darle a cada persona los aminoácidos
que su cuerpo necesita, pero sin la parte que me va a formar toxinas»,
destaca Del Castillo.
Para cuando un paciente se encuentra en la
quinta etapa de esta enfermedad, los médicos consideran ya un tratamiento
sustitutivo de la función renal, como diálisis peritoneal y hemodiálisis, así
como la posibilidad de un trasplante de riñón.
Del Castillo apuesta por sensibilizar a sus
pacientes respecto a tan severos escenarios para que vean con otros ojos la
importancia de adecuar la forma en que se alimentan; «en el momento que
uno les explica el por qué de las cosas, créeme que empiezan a hacer estos
cambios, y no se les vuelve tan difícil», comparte la nutrióloga clínica.
«Una persona me dice: ‘Yo prefiero hacer
todos estos cambios a entrar en una diálisis o hemodiálisis. Entonces, lo más
que yo pueda retrasar ese tratamiento, mejor; No importa que yo tenga que comer
80 gramos de pollo.
«Es muy importante que el paciente acuda
con el nutriólogo especializado en área renal justo para que le haga el
tratamiento totalmente personalizado a los gustos, a las preferencias, a la
etapa de la enfermedad, a las comorbilidades», exhorta Del Castillo.
Despensa consciente
Aquello que los pacientes con
Enfermedad Renal Crónica (ERC) deben consumir con menos frecuencia incluye:
– Grasas saturadas
– Carne roja
– Leche entera
– Manteca de cerdo
– Mantequilla
– Grasas trans
– Donas
– Papas fritas
– Galletas, pasteles y otros productos
horneados comercialmente
– Aceites vegetales hidrogenados (manteca,
margarina)
Se debe dar preferencia a:-
Grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas
– Aceite de ajonjolí
– Aceite de canola
– Aceite de oliva
– Avena
– Frutos secos
– Salmón