IV INFORME: CUITLÁHUAC, LA COPIA MAL HECHA DE AMLO
IV INFORME: CUITLÁHUAC, LA COPIA MAL HECHA DE AMLO
Por Edgar Hernández*
En lo más apartado, allá donde el aire da la vuelta,
en Pánuco, el gobernador Cuitláhuac García decidió ir a dar su IV Informe de Gobierno,
llevando de la mano a su tabla de salvación -Claudia Sheimbaum- para no ir a la
cárcel… ¡si llega!
Por lo pronto todo está listo para que el miércoles
de la semana próxima el ejecutivo veracruzano rinda su penúltimo Informe, en lo
oscurito.
Acompañado de un reducido grupo de aplaudidores y de
manera obligada por un Congreso afín y un Poder Judicial obsoleto, el
“Cuícaras” se declara listo para reiterar “con hechos” que ha hecho más obra
pública que Fidel Herrera, Javier Duarte y Yunes Linares juntos.
Pero además -con ese hablar de corridito que
carece-, dará cuenta a ocho millones de veracruzanos que ¡Por fin! se acabó la
corrupción y que el crimen organizado lo tiene bajo control.
Por supuesto, que no olvidará recordar que, ahora
sí, hay empleo y medicinas, que ninguna
mujer es acosada por los morenos y no dejará de ostentar que la seguridad
pública, justicia y legalidad son un crisol.
Todo ello a pesar de que hace un par semanas su Secretario
de Seguridad Pública, Hugo Gutiérrez Maldonado, tuvo que salir por piernas al
descubrirse en Palacio Nacional que estaba al servicio de un Cartel
delincuencial diferente al obligado.
Todo en el marco de un nada satisfactorio segundo lugar
en feminicidios; tercero en percepción
de inseguridad y primero en no respetar el debido proceso, ni mandato
constitucional que deroga el delito de “Ultrajes a la Autoridad”.
En este IV Informe habrá de pasar por alto que tiene
en prisión a más de mil 200 inocentes y a un centenar de presos políticos o
víctimas como July Raquel Flores Garfias, a quien sentenciaron a 60 años de
cárcel por un asesinato que no cometió.
En materia financiera, a la vuelta de un año de
ejercicio no presupuestal, arroja una quiebra en donde no se tiene ni para
pagar salarios por lo que, aunque no lo cite el gobernador, por estos días se
acude, por enésima vez, a nuevos préstamos que al cuarto año de gestión arrojan
una deuda pública superior a los 65 mil millones de pesos.
Para el registro histórico quedará, sin embargo, el
presunto daño patrimonial a la cuenta pública 2021 que asciende a 3 mil 299
millones 356 mil 229 pesos, de acuerdo a la auditora general del Órgano de
Fiscalización Superior, Delia González Cobos.
Se detectó asimismo, un faltante de mil millones de
pesos en medicamento que apareció en los inventarios de la Secretaría de Salud,
pero no así en los almacenes de la dependencia estatal.
Ello daría lugar a que rodara la cabeza de Roberto
Ramos Alor, a quien finalmente le “embonó el chile”.
La podredumbre alcanza al Poder Judicial que encabeza
Inés Isabel Romero, -quien en unos días se va a su casa con todo y su
Prosopagnosia- al dejar un sospechoso déficit presupuestal de 600 millones de
pesos que se tradujo en la reducción salarial de magistrados y personal
administrativo, a la par de una nómina inflada de 351 millones de pesos, de
acuerdo a ORFIS.
Mientras, en el Congreso del Estado, que encabeza el
diputado Juan Javier Gómez Cazarín, no se cantan mal las rancheras.
El Poder Legislativo arrastra cuentas que no cuadran,
según el Órgano de Fiscalización Superior. Andan bailando cientos de millones
de pesos por la ausencia de comprobantes en gastos comidas ostentosas, viajes
sin justificar y compra de vehículos de lujo (tan solo Cazarín es dueño de 14
automóviles y camionetas último modelo).
Todo ello sin contar los bisnes y moches con
alcaldes. Todo ello en el marco de un poco útil IV Informe que no es más que la
resultante de un gobierno fracasado.
Cuitláhuac no es más que producto de un golpe de
suerte.
Un desconocido hasta hace un lustro que siempre se
movió a la sombra del PRD, luego de Morena, ya bajo la batuta de López Obrador,
un resentido que arrastra un coraje de vida y una desbordada sed de venganza.
Esa inexplicable rabia confundida por un poder omnímodo,
la refleja en sus virreyes orgullosos de su incultura, su mal vestir, mugre
corporal y decisiones atrabiliarias.
Y es que para estar a tono, ser mediocre, inculto e
ignorante son requisitos incuestionables
para alcanzar el poder.
Por eso llegó Cuitláhuac, cuyo máximo grado lo
alcanzó, no en Alemania donde fue llevado
por su padre para esconder un hecho criminal, sino en la brega campirana donde
vestía de payaso de circo para animar los mítines del Peje.
Ahí se tituló, como ellos mismos dicen, en la
escuela de la vida.
Así, el Veracruz de la alegría, de la riqueza energética,
del azufre para abastecer al mismísimo infierno; la tierra del café y el tabaco
con tres puertos de altura; primero en citricultura; una ganadería de
exportación; dueños de la tercera parte del agua del país conjuntamente con Tabasco,
Chiapas y Yucatán, ese Veracruz lo desaparecieron los chairos.
Simplemente, ese Veracruz se fue ¡Al Carajo!
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional
de Periodismo