JAIME NUNÓ, MÁS ALLÁ DEL HIMNO NACIONAL
JAIME NUNÓ, MÁS ALLÁ DEL HIMNO NACIONAL
Érika P. Buzio
Agencia Reforma
Ciudad de México 5
septiembre 2024.- Bien sabe Cristian Cantón Ferrer, como biógrafo de Jaime Nunó
(1824-1908), el compositor del Himno Nacional, que su investigación es para
toda la vida.
Cuando cree haber agotado todos los aspectos
de la biografía, surge algún dato inesperado.
Así le sucedió a bordo de un taxi en la Ciudad
de México: el chofer le contó que su bisabuelo tocaba la trompeta y que en un
cajón halló una partitura con la firma de Nunó.
Una vez que el conductor le hizo llegar la
fotografía de la partitura en cuestión, fechada en México, pudo corroborar que
la caligrafía del manuscrito efectivamente correspondía a la del compositor
catalán.
«Esta obra estaba documentada, se estrenó
en México en la segunda visita que Jaime Nunó hizo al final de su vida (al
País, en 1904), ya muy mayor. Es el Himno a la paz y fue escrita para un coro
de niños y piano», explica Cantón Ferrer, también pianista, en
videoentrevista.
«Nunca fue editada, se consideraba
perdida hasta que por carambolas del destino te sale una persona y te dice:
‘Encontré este papel, y cuando ves el manuscrito, fechado en México, con la
caligrafía de Nunó y lo tocas… ¡Esto sin duda es Nunó!'».
Con texto de Juan de Dios Peza, la pieza coral
es la última obra del compositor. Se sabía de su existencia por la prensa, pero
no más que eso.
Tras 120 años de su estreno, el Himno a la paz
se escuchará con arreglo orquestal y coro de niños este domingo a las 12:00
horas para conmemorar el bicentenario del nacimiento de Nunó en el Auditorio
Silvestre Revueltas del Conservatorio Nacional de Música (CNM), en Presidente
Masaryk 582, Polanco.
«Es un momento mágico, la última cosa
encontrada de Jaime Nunó», recalca el autor de Jaime Nunó, Más allá del
Himno Nacional Mexicano, la primera biografía del músico, que elaboró junto con
Raquel Tovar Abad, su esposa.
Es Nunó en plena madurez de su obra.
«Sabe combinar bien los coros -se dedicó
a entrenar coros en Estados Unidos (cuando abandonó México)-, con un
tratamiento de la voz magistral; tiene un dominio de la armonía, es una obra
popular para agradar», describe Cantón Ferrer.
De aquella última visita del compositor a México
también queda un pasodoble que escribió como publicidad para el chocolate La
Manita; el impreso era regalado por la fábrica a sus clientes. Una pieza que,
entre otros temas inéditos, también será interpretada en el homenaje.
Cantón Ferrer estima que el autor catalán
escribió más de 500 obras. Un indicio lo encontró en la portada del vals Adiós
a México que compuso en 1901, donde se lee la inscripción: «Op. 521».
«Posiblemente, Nunó mantuvo un índice
aproximado de sus obras que le permitió aseverar con tanta precisión el número
de esta obra pero, desgraciadamente, este índice, si es que existió, no se ha
conservado», sugieren los autores de su biografía.
Sólo se conservan unas 25 que Cantón Ferrer y
Tovar Abad lograron rescatar. Ambos visitaron a los descendientes de Nunó en
Nueva York, su bisnieto Edwin Bradford Cragin y su esposa Virginia; tuvieron
acceso a su fondo personal, con recortes de periódicos, cartas, fotografías,
programas de concierto, objetos personales y libros.
El catálogo contiene composiciones para piano,
obras seculares para canto y piano, y para coro, así como piezas sacras para
coro e instrumentales.
«Muchas de estas piezas nunca llegaron a
editarse y las pocas que se imprimieron tuvieron un éxito local o limitado, lo
que comportó ediciones de pocos ejemplares.
«Este hecho queda contrastado por la
escasa presencia de obras de Jaime Nunó en el enciclopédico catálogo Pazdírek
de publicaciones del siglo 19: 3 composiciones», escriben los autores en
Jaime Nunó, Un sanjuanense en América.
En México, aparte del Himno Nacional, con
letra de Francisco González Bocanegra, únicamente se publicaron algunas obras
para piano después de sus visitas en 1901 y 1904, mientras que, en Europa, sólo
se tiene constancia de una pieza publicada en una revista musical en Barcelona,
el Ave María, de 1895.
Nunó abandonó México cuando cayó el Gobierno
de Antonio López de Santa Anna, su protector, y se unió a una compañía
itinerante de músicos en Estados Unidos hasta que, después de 14 años, se
instaló de manera definitiva en la ciudad de Búfalo, donde «se convirtió
en un respetado profesor de música y director de coros».
Cantón Ferrer celebra que en ocasión del
bicentenario se vayan a interpretar casi todas las obras del compositor.
Reviven su música
Además de lo que se escuchará en el CNM,
Solistas Ensamble de Bellas Artes presentará piezas corales inéditas del
periodo del compositor en Estados Unidos (1856-1901), este viernes a las 18:00
horas en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.
De éstas, una de las obras predilectas del
biógrafo es Storm Song, escrita para un coro de tenores y bajos en 1886. Fue
premiada en un concurso de composición.
En el concierto del domingo en el
Conservatorio participarán los coros infantiles de la institución sede, además
de la Escuela Superior de Música y la Facultad de Música de la UNAM, con la
Orquesta Sinfónica del Conservatorio y Solistas Ensamble.
Cantón Ferrer ofrecerá una plática
introductoria antes del concierto, y por la tarde ofrecerá un segundo
conversatorio organizado por el Orfeó Català de Mèxic dentro del Día Nacional
de Cataluña, a las 17:30 horas.
En tanto, sus pesquisas continúan. Hace menos
de un año, por ejemplo, el biógrafo tuvo noticia de la existencia de una caja
del compositor que la familia guarda en una granja en Connecticut, lo cual
quizá depare otro hallazgo.
…Y recuerdan con
exposición su legado
La Delegación del
Gobierno de Cataluña en México y Centroamérica se une a los festejos del
compositor Jaime Nunó en el bicentenario de su nacimiento.
Lo hace a través de la
exposición Jaume Nunó, ilustre entre los ilustres catalanes de México, que
exhibe, en coordinación con el Instituto Matías Romero de la Secretaría de
Relaciones Exteriores, en el Museo de la Cancillería.
«Una exposición
que acompaña al visitante por el periplo vital de Nunó, desde su Cataluña natal
hasta Cuba, para llegar a México a invitación del General (Antonio López de)
Santa Anna, donde sería coronado con los laureles de la inmortalidad»,
comunicó la representación diplomática en un comunicado.
«Finalmente, Nunó
acabaría en el largo exilio de Estados Unidos, no sin ser redescubierto en el
México prerevolucionario de Porfirio Díaz y acabar reposando en la Rotonda de
las Personas Ilustres de México en el Panteón de Dolores».
En dicho cementerio, la
Delegación Catalana llevará a cabo mañana una ceremonia conmemorativa, a las
10:30 horas, con una ofrenda floral y una guardia de honor en la que
participarán Silvia Navarrete, directora del Conservatorio Nacional de Música,
y Lleïr Daban, Delegado del Gobierno de Cataluña en México.