LA ACCIÓN TRANSFORMADORA ES UN DON DE LO ALTO
LA ACCIÓN TRANSFORMADORA ES UN DON DE LO ALTO
Pbro. Juan Beristain de los Santos
El evangelista San Juan describe una escena (Jn 21, 1-19) donde
Jesucristo resucitado pide a Pedro confiar en su palabra y realizar una acción
concreta para que éste obtenga, junto con los demás apóstoles, una pesca
abundante. Ésta representa la acción evangelizadora que Jesucristo encomendó y
sigue confiando a Pedro y a toda la iglesia. Conseguir que todas las
estructuras económicas, políticas sociales y culturales estén inspiradas por la
vida nueva de Cristo, para la gloria de Dios, el bien de los demás y el cuidado del universo, es la tarea evangelizadora
de la Iglesia de todos los tiempos. Esta acción transformadora no solo es un
don de Dios, sino también una tarea de cada ciudadano para conseguir
condiciones de justicia, de paz y de desarrollo integral.
La violencia imperante en muchas partes de México, la corrupción de
muchas estructuras que deben servir al bien común, la pobreza de más de 30
millones de mexicanos, la falta de medicamentos y equipos médicos en muchos
hospitales son un indicativo de los límites y pobreza del corazón de cada
ciudadano que no realiza, ni cumple la misión de servir
a los demás y a México. La nación
mexicana solo podrá salir adelante de tantas problemáticas solo y únicamente si
cada ciudadano toma conciencia de que la acción transformadora es un regalo divino y una tarea humana por la paz
y la justicia. Querer solucionar las problemáticas que aquejan a México sin la
participación de cada mexicano y sin la promoción de la dignidad de cada
ciudadano solo conducirá a falsas y engañosas promesas de desarrollo integral.
Autoridades de todos los niveles y la sociedad en general deben caminar juntos para conseguir la paz y la justicia
a lo largo y ancho de nuestra sociedad mexicana. Caminar solos y divididos es
un signo negativo que no permitirá que México y Veracruz salgan adelante de
todas las problemáticas que lastiman a cada ciudadano de esta gran nación
mexicana. La justicia y la paz son un don divino pero también una tarea
imperante y desgastante de todos los ciudadanos
mexicanos.