La actitud de los jóvenes ante el sacrificio.
La actitud de los jóvenes ante el sacrificio.
Por Lic. Gloria Dávila Galicia.
Estamos muy
acostumbrados a identificar el sacrificio como algo doloroso, un esfuerzo, o
acción que se impone uno mismo para conseguir o merecer algo, o para beneficiar
a alguien.
Es muy común
escuchar que los padres hacen muchos sacrificios por sus hijos, pero los
sacrificios que se hacen por los hijos deben ser el acto más amoroso de
renuncia y entrega por verlos felices.
La mayoría de los
padres están dispuestos a sacrificar tiempo, ocultan sentimientos, situación
económica, ponen en riesgo su salud por virtud del cansancio e incluso
sacrifican la propia felicidad todo para que los hijos no sufran.
Algunos padres no
han sido ejemplares, pero incluso los mejores padres pueden tener hijos muy
ingratos, poco dispuestos a apoyar a otros y mucho menos a sacrificarse por
alguien más.
Recordemos que es
la familia donde los hijos aprenden a hacerle frente a la adversidad de la vida
y mentirles va en contra de los principios de la crianza. No debemos engañar a
los hijos diciéndoles que todo esta bien, cuando en el interior se están
derrumbando cosas.
No todas las formas
de amar son sanas, si los niños no ven los problemas que ocurren en su entorno
más cercano, pueden llegar a ser adultos individualistas y poco solidarios.
El trabajo abre una
gran brecha en la interacción familiar y muchos padres tienden a suplir el
tiempo que no pasan con sus hijos con la satisfacción exagerada de las cosas
materiales y exigencias constantes que sus hijos les demandan “al fin para eso
trabajan tanto” lo que puede crear poca tolerancia a la frustración y fomentar
en ellos una actitud desagradecida y egoísta.
Es necesario mostrar
a los hijos que, pese a sentirse abatidos, preocupados, o desolados los padres cuentan
con los recursos necesarios para hacer frente y salir delante de las
dificultades que se presentan en la vida y que los hijos sientan que pueden
ayudar les dará confianza y seguridad para poder hacer frente al futuro.
Hacerles saber sobre
el estado que guarda la economía familiar es importante para que aprendan a
utilizar responsablemente los recursos familiares, pero sobre todo para que
valoren el esfuerzo familiar que se requiere para satisfacer sus necesidades y
las de cada integrante de la familia.
Si el hijo observa
en los adultos una buena comunicación, empatía, solidaridad, afecto, será un
adulto agradecido y solidario.