LA ANTICORRUPCIÓN Y EL BUEN GOBIERNO
LA ANTICORRUPCIÓN Y EL BUEN GOBIERNO
La transformación de la Secretaría de la
Función Pública del Gobierno de México por la Secretaría Anticorrupción y Buen
Gobierno, según lo anunciado, será un esquema que modificará estructuras en los
estados y municipios.
Y es que Doña Raquel Buenrostro, titular de la
SFP, presentó el nuevo modelo para la prevención y el combate a la corrupción a
través de diez ejes: la dignificación del servicio público; el acompañamiento
preventivo; la modernización de la administración pública federal;
consolidación de compras públicas transparentes; la transparencia proactiva;
participación del sector privado y la sociedad; la focalización de esfuerzos;
el fortalecimiento de la cultura de la denuncia; las investigaciones para
inhibir la corrupción; y el combate a la impunidad. Estos serán los diez ejes
por donde habrá de transitar la función pública en términos de la
anticorrupción y buen gobierno.
Este esfuerzo habla del reconocimiento a la
existencia y combate a la corrupción. Y también habremos de reconocer, desde
todos los enfoques de la sociedad, que la mezcla y combinación de la opacidad
con la mentira y la simulación han evitado los mejores avances en el sentido de
atajar el mal en definitiva. Y es hasta ahora cuando vemos que hay una
intención integral.
Uno de los sitios donde mayor atención se
habría de poner es en el sector salud, obra pública en su conjunto, educación y
seguridad pública, por mencionar algunos.
Hablar de corrupción en un sector como el de la
salud, en donde solo se ha venido observando cómo han tirado el agua sucia (que
la había) con todo y el niño a la bañera, aunque debe decirse también que no
todos son corruptos, pues, como en todos lados, igualmente hay honestidad y
pureza.
Me parece que el único buque insignia que queda
para, de una vez y por todas, es que este nuevo modelo de la Secretaría
Anticorrupción y Buen Gobierno se enlace y trate desde los planes y niveles
escolares iniciales, a partir del hogar y las familias.
No combatir y abatir para lograr extirpar
conductas de corrupción desde el primer núcleo social, la familia, haría poco
viable y exitoso todo esfuerzo del gobierno.
La corrupción es una moneda. Una cara es
descubrir y remediar los actos realizados en contra de las reglas establecidas.
Este aspecto se cierra con la definición de los culpables y su castigo. La otra
cara se refiere a todas las acciones preventivas que tienden a evitar la
simulación y la apropiación ilegítima de los bienes de la sociedad.
El nuevo modelo de la SFP, creo y pienso, debe
vigilar cabalmente y plenamente el cumplimiento de la norma. Es simple: luchar
contra la corrupción tiene la finalidad de evitar que quienes están en el poder
lo usen para su propio y exclusivo beneficio, y los órganos internos de control
en cada nivel y territorio deben hacer valer esa misión.
Cabe precisar que aún no está la reforma a la
ley orgánica federal en el gobierno de la república, así que, en un sentido
estricto, todavía la Secretaría Anticorrupción y Buen Gobierno NO EXISTE, y
continúa siendo Secretaría de la Función Pública. A trabajar se ha dicho.
DE SOBREMESA
El nuevo modelo de prevención y combate a la
corrupción llevará a la articulación de normas, acciones y servicios entre las
dependencias, y a homogeneizarlas para una mayor eficiencia en la
administración pública. O sea, se requiere del trabajo conjunto y colegiado
institucional.
UN CAFÉ LECHERO LIGHT
Implementar nuevas reglas en las Leyes de
Adquisición y Obras Públicas que permitan agilizar procesos para fomentar la
competencia, así lo ha dicho la secretaria Raquel Buenrostro, es posible que
resulte una asignatura muy profunda.
UN CAFÉ CON DOBLE CARGA
El adelgazamiento o eliminación del INAI, el
IVAI en Veracruz, y la posible aprobación de la reforma para la desaparición de
los organismos autónomos en el país y los estados implicaría no desproteger el
acceso a la información pública, así como a la protección de datos personales.
De ahí que la articulación de esfuerzos colegiados será medular. Creo que
pronto los congresos, federal y local, se pondrán a trabajar en la construcción
de una nueva Ley General de Transparencia.
UN CAFÉ CON PILONCILLO
Por cierto, seguramente también habrán de
hacerse reformas a la Ley General de Responsabilidades Administrativas, y que
vayan acorde al nuevo modelo que se plantea, pero, sobre todo, en cuanto a las
obligaciones de los servidores públicos en relación con los procedimientos de
adquisiciones y obras públicas desde todos los sectores que las ejecutan.
UN CAFÉ PA’ LLEVAR
Creo que otro punto importante será el de la
existencia de indicadores y la posibilidad de que sean públicos, porque solo
así se podría medir si las políticas están teniendo un efecto favorable y
evitar que solo sea discurso, como en su momento lo fue la renovación moral.
¡ES CUANTO!
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