La “Boa” jarocha, una revolución silenciosa
La "Boa" jarocha, una revolución silenciosa
Por Edgar Hernández*
Ajeno a los síntomas de demencia senil de quien nos gobierna que con sus alucinaciones ha llevado a México a dividirlo en liberales y conservadores –un equivalente a buenos contra los malos-, una revolución silenciosa se está gestando entre las mayorías opositoras a la 4T.
En Veracruz se observa, en el marco del abuso del poder aldeano, una efervescencia de rechazo ciudadano, así como una inminente migración en favor de la alianza que están conformando el PRI, el PAN y el PRD con apoyo de los sectores productivos.
Van por el rescate de la tercera reserva electoral en juego el próximo 6 de junio del 2021.
Los dirigentes de esos institutos políticos Marlon Ramírez, Joaquín Guzmán y Jesús Velázquez Flores, se muestran optimistas en seguir manteniendo e incrementando sus plazas municipales –hoy mismo son mayoría en los 212 municipios- y alcanzar el dominio legislativo tanto local como nacional.
La corrupción, el nepotismo, la inseguridad pública y el pésimo manejo de la pandemia del Covid-19, así como la ausencia de liderazgo de Cuitláhuac García, han sido el mejor caldo de cultivo para el rechazo a Morena.
Abona además que a un año de la jornada electoral intermedia para renovar los 212 municipios y los poderes legislativo, a nivel estatal y el Congreso de la Unión en lo federal, que Morena siga descabezado, sin líder, sin rumbo y en manos de las aldeas en pleno arrebato del poder.
En
consonancias con en este movimiento insurgente del PRI-PAN-PRD, se encuentran “Movimiento
Ciudadano” –Dante Delgado anda encabronadísimo contra el Peje- y el PT, así
como partidos en crecimiento como “Podemos”, “Todos por Veracruz” y “Bienestar
y Justicia Social” y 13 partidos más en formación que habrán de restarle votos
a los chairos.
El
Partido Verde seguirá vendido a Morena aunque su cuota electoral es simbólica, solo
es escenográfica.
Será
pues, la “Boa” -la doméstica, la veracruzana- la que podría dar un susto a los
morenos el año próximo producto del descontento popular, sentando las bases para
que en “Revocación del mandato” manden a su casa a Cuitláhuac García, quien hoy
invierte una millonada con los alcaldes renuentes para que firmen la iniciativa
que eche por tierra dicha revocación.
Tanto
Marlon como el “Chapito” están que no caben de optimismo por el giro que han
dado las cosas en los últimos 18 meses en donde la gente ya no da la cara ni
mete la mano por los promotores del cambio que resultaron un verdadero fiasco.
El
desencanto vino de México luego de los desatinos y ocurrencias del Presidente Andrés
Manuel López Obrador, recrudecidos con los saqueos al erario, los caprichos de
obras faraónicas y ese tenaz empeño por atacar de manera repetida a los
sectores productivos del país quienes terminaron por organizarse en su contra para
disputarle el poder.
A
ello se suma en automático, la opinión pública representada por los medios de
comunicación -“¡Están conmigo o están contra mí!”, ha amenazado el Peje- y la
decisión fue estar en contra.
Morena
sabe que en Veracruz la derrota podría ser una realidad ante el desánimo social
y, lo peor, los números de la última elección –la del 2018-.
Y es
que si bien el partido hoy en el poder, sumó para su causa gubernamental 1
millón 667 mil votos, el PAN quedó con un
millón 454 mil sufragio, una muy apretada victoria de Morena, por una diferencia
del 1.3%.
Siguiendo
con los número habría que destacar que una coalición PRI-PAN-PRD para el 2021
rebasaría los dos millones de sufragios ya que el PRI en su última elección
alcanzó los 528 mil sufragios, mientras el PRD,
153 mil logrando un gran total de dos millones 135 mil votos.
Los números
no mienten aun cuando se justifique que cada elección es diferente.
Por
ello la urgencia de Cuitláhuac de echar abajo la “Revocación del Mandato” para
evitar su salida anticipada y que no se le meta la BOA.
Tiempo
al tiempo.
*Premio
Nacional de Periodismo