La confianza entre padres e hijos
La confianza entre padres e hijos
Por Sandra B.Lindo Simonín
En
la actualidad los niños y adolescentes se encuentran expuestos a diferentes
riesgos, ya sea en el aula, la calle e incluso en el uso de internet. Cada
vivencia será un factor de aprendizaje el cual influye directamente en la
formación de carácter, identidad, comportamiento y pensamiento. Acompañemos a nuestros
hijos, escuchándolos y comunicándonos con ellos, busquemos generar confianza
para poder estar al pendiente de lo que sucede a su alrededor y contribuir a su
formación.
Para
crear confianza entre padres e hijos: se empieza por el ejemplo, los niños
pequeños son completamente receptivos de nuestras acciones. Sé empático: evita
enojos innecesarios. Eliminemos
juzgar a nuestros hijos, solo escuchemos. Dediquemos tiempo de calidad al espacio
familiar creando actividades familiares con frecuencia. Respetemos su espacio
personal porque es saludable para que pueda reconocer sus capacidades y
limitaciones. Día
a día construyamos
la confianza para establecer lazos.
Mejorar
la confianza entre padres e hijos adolescentes puede ser fundamental en esos
momentos en que sentimos que de alguna forma nuestro hijo se está alejando de
nosotros; ya sea porque no nos cuenta todo lo que hace, tiene un nuevo grupo de
amigos que lo absorbe u otros motivos. La comunicación y la confianza son dos
aspectos primordiales que no debemos perder en la relación con los hijos.
Una
pregunta que nos hacemos es por qué los adolescentes no confían en nosotros sus
padres.?
Porque
hacemos promesas que no cumplimos: esto, además de ser un mal ejemplo, aleja y
quebranta el vínculo, ya que sienten que no pueden creer aquello que nosotros
no hacemos. Lo mejor es no prometer nada.
También
destruye la confianza entre padres e hijos el hecho de que éstos los necesiten
en un momento puntual y por el motivo que sea los padres no estemos allí para
apoyarlos. Esto se traduce en falta de interés y despreocupación por aquello
que les ocurre y así lo perciben.
Otra
cosa que suele ocurrir es que los adolescentes en su proceso de crecimiento
comienzan a sentirse más autónomos y responsables de sí mismos, con lo cual
pueden irse al otro extremo y considerarse auto-suficiente, con lo cual ya no
sienten la necesidad de contarnos todo.
En
toda familia por lo general hay límites implícitos y explícitos, sin embargo,
la etapa de la adolescencia puede conllevar ciertos comportamientos que los
hijos adoptan como, por ejemplo, no tener en cuenta el futuro, dejarse llevar
por el grupo que frecuentan, ser más impulsivos, asumir riesgos sin medir las
consecuencias. Es por eso que es necesario que nosotros como padres estemos
para orientarlos y guiarlos.