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LA CULTURA ÁRABE DEJÓ SU HUELLA EN OCCIDENTE

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LA CULTURA ÁRABE DEJÓ SU HUELLA EN OCCIDENTE

·         Divulgadores científicos participaron en la charla “La ciencia en Al-Ándalus, una mirada diferente a La Alhambra” como parte de FIL Ciencia

 

Guadalajara, Jalisco, a 2 de diciembre de 2022.- La “acrópolis árabe”. Así fue como la pintora alemana Antje Wichtrey se refirió al Palacio La Alhambra, epicentro de la cultura desarrollada en Al-Ándalus, región ubicada en Granada, España, que cada año recibe más de tres millones de visitantes. “He buscado a los ceramistas y he encontrado a los poetas”, dijo citando al escritor y arquitecto suizo Max Frisch, quien quedó maravillado con la arquitectura y los ornamentos, tras su visita en 1951. La pintora, quien lleva 30 años radicando en Granada, participó junto con el divulgador científico español Ernesto Páramo en la charla “La ciencia en Al-Ándalus, una mirada diferente a La Alhambra”, charla que tuvo lugar como parte del programa FIL Ciencia en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.

Wichtrey ofreció un recorrido visual por el palacio, cuyo diseño arquitectónico no tenía por objetivo imponer, dijo, sino dar bienestar a los residentes. Es lo que los atrae, a pesar de sus formas extrañas: es un edificio más moderno que cualquiera visto durante su época.

“De repente nos encontramos frente a la acrópolis árabe, que se alza sobre nosotros, una ciudad soñada pero tangible. La Alhambra es la Doja, llamada así por el color de sus muros, sus torres sin adornos, crudas pero hermosas”, dijo citando a Frisch.

La pintora se dedica en la actualidad replicar en sus dibujos la geometría presente en el arte de los mosaicos que adornan las paredes del Palacio La Alhambra. Tiene teorías acerca de los ceramistas, que pudieron partir de mosaicos cuadrados, otros triangulares, que al ser recortados formaban estrellas, trapecios y laberínticas líneas entrelazadas de una exactitud asombrosa para la cultura que se desarrolló en la península ibérica entre los años 711 y 1492.

Ernesto Páramo destacó la maravilla arquitectónica que representa este palacio, pues pese a su aparente fragilidad ha sobrevivido en la región de la península donde más sismos ocurren.

El divulgador dio un paseo breve y fugaz sobre la gran cantidad de aportes científicos que la cultura árabe de Al-Ándalus aportó al mundo moderno, desde su influencia al léxico del español hasta los artefactos que hicieron posible el desarrollo de la humanidad, como el astrolabio, objeto imprescindible para los navegantes de ese entonces, que antes de su invención tenían que navegar sin perder de vista la costa.

El azúcar fue otro de los aportes, pues en esta región se cristalizó por vez primera el extracto de la caña que siglos después llegó a América con los europeos.

Los globos celestes, el papel, que si bien fue inventado en China, fue en Al-Ándalus donde se ideó su producción masiva para Occidente; instrumentos quirúrgicos, el alcohol, las matemáticas, hasta el sistema de gestión de agua fue sobresaliente en la región.

Otros saberes prácticos se desarrollaron en la península, como la metalurgia, el vidrio, las sedas, la alfarería, un inmenso aporte que fue recordado y alabado por los expositores, quienes decidieron dedicar su vida estudiar y promover esa cultura.