LA DIVINA PROVIDENCIA…
Amigos… y el 2017 se fue; el calendario se quedó sin hojas, sin días, las fiestas decembrinas expiraron. Después de un ligero descanso, dedicamos unos minutos de nuestro provechoso tiempo, a evaluar las metas que nos planteamos hace exactamente un año, estimando las que fueron cumplidas y porfiando en las que no logramos.
Si lo que hicimos no funcionó, es el momento de hacer algo diferente; los que nos empeñamos en correr y lo suspendimos, vamos a intentarlo nuevamente; rompimos la dieta para el control de nuestro peso, no importa, aún es tiempo de volver a empezar. Si detuvimos la lectura de nuestra novela, también se vale emprenderla nuevamente. Lo que no se admite, es quedarse de brazos cruzados. Se vale recordar que un GENIO es alguien con mucha persistencia, considerando que el tiempo es oro y que debe estar bajo nuestro control.
En una opinión personal, nuestras necesidades a satisfacer son la conservación y perduración de la vida misma; enseguida la salud y una tercera, muy relacionada con las dos anteriores, es la del alimento. Ya luego, se tienden a cubrir las sociales, las de pertenencia, las de autoestima y finalmente las de autorrealización.
Para ello, recordamos que el primer día y/o el primer domingo de cada mes, la iglesia católica, dedica el ritual de la misa a la DIVINA PROVIDENCIA. En mi infancia, allá en las Puentes, Veracruz, aprendí de la tía Piedad, una oración —grabada aún en mi memoria—, dedicada a esta Deidad. La etimología de DIVINO, es del latín divinus, divus, que es “dios”. A su vez PROVIDENCIA, viene también del latín providentia, “previsión, prudencia”, de pro: por delante y videre: para ver. El sentido de su significado es el “conocimiento del futuro” o el conocimiento de todas las cosas reales y posibles, atributo que para los católicos, solo lo tiene DIOS, para otros, el que actúa es el artífice del universo.
Amable lector, vale la pena solicitar a la DIVINA PROVIDENCIA, para que, como dice la oración: “…nunca nos falte, casa, vestido y sustento”. Y acordarse de no tomarse la vida tan en serio porque de todas formas no saldremos vivos de ella. Muchas felicidades.
¡Ánimo ingao..!
Con el respeto de siempre Julio Contreras Díaz.