La dura globalización
“Eramos muchos y la abuela pari”ó.
Dicho popular
- Respuesta básica. El Banco de México y Hacienda tuvieron que entrarle al quite para evitar que el peso se desplomara (El Universal 10/3/20). Con pérdidas que no se veían desde la crisis de 2008. Milenio, en su edición del 10 de marzo, resume los principales efectos de la caída mundial. Veamos: el lunes pasado se desplomaron los principales mercados bursátiles, los precios del petróleo y el oro, provocando un efecto dominó para el país afectando la mezcla mexicana de crudo, el peso y la Bolsa Mexicana de Valores. Ese día, el tipo de cambio al mayoreo alcanzó un máximo de 21.30 pesos por dólar, mientras que en ventanillas bancarias el precio mínimo de compra fue de 19.10. Para proteger al peso de la volatilidad, ambas instituciones, a través de la comisión de cambios, acordaron incrementar en 10 mil millones de dólares el Programa de Coberturas cambiarias liquidables, al pasarlo de 20 mil a 30 mil millones de dólares.
- La nueva pesadilla. Por si el coronavirus no fuera suficiente, los mercados se enfrentaron a la amenaza del petróleo. El desacuerdo entre Arabia Saudí y Rusia en la reunión de la OPEP, la semana pasada, desató una guerra de precios que se tradujo en el mayor descenso del crudo en 29 años y, eso, conjugado con la expansión del Covid-19, terminó desatando el sentimiento de pánico que inundó las bolsas de todo el mundo (El Mundo, 10/3/20, p.4).
Otra vez, la sed de ganancias fue el núcleo que provocó ésta nueva crisis, ya que la baja demanda por los efectos del Covid-19, los miembros de la OPEP y otras naciones petroleras, encabezadas por Rusia en un grupo que se denominó OPEP+, se reunieron para recortar la producción de hidrocarburos. Al no llegar a un acuerdo, la empresa Saudí “Aramco” inició una baja unilateral de su crudo.
- La pequeñez autóctona. Ante la crisis, AMLO y el Secretario Herrera, responden con una dosis motivacional, digna de un libro de superación personal. Los dos declaran, al unísono, que la economía mexicana está “blindada” y cuenta con varias “líneas de defensa”. Decir eso, para enfrentar los tentáculos de la globalización capitalista de un país periférico y sin crecimiento económico es ridículo. Además, con un bloque empresarial desconfiado para invertir en el país, como lo asegura el presidente de la Asociación de Bancos de México, Luis Niño de Rivera (La Jornada, 11/03/20, p.21). Así, el gobierno se enfrenta al peor escenario, con factores endógenos y exógenos en su contra. El discurso aldeano es patético.
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