La enésima traición de Dante
La enésima traición de Dante
Por Aurelio Contreras Moreno
No
es la primera vez que el ex gobernador sustituto de Veracruz y dueño de la
franquicia partidista primero llamada Convergencia por la Democracia y hoy
conocida como Movimiento Ciudadano, Dante Delgado Rannauro, juega el rol de
“patiño” del régimen y esquirol de la oposición.
Habría
que recordar que en el año 2000, cuando contendió por primera vez por una
senaduría postulado por la “Alianza por México” (integrada por PRD, Convergencia
y PT) se negó a hacer crítica alguna a su ex partido, el PRI, del que fue
dirigente estatal en Veracruz algunos años antes y con el que rompió en el
sexenio de Ernesto Zedillo, lo que le valió ser encarcelado en esa época.
¿La
razón de su tibieza? La existencia de un pacto político de facto con quien
encabezaba la fórmula al Senado por el PRI en esas elecciones: el ex
gobernador, ex secretario de Gobernación y ex titular de la tenebrosa Dirección
Federal de Seguridad Fernando Gutiérrez Barrios, a quien en los hechos ayudó a
ganar. Por cierto, la dupla de Gutiérrez Barrios en esos comicios fue Fidel
Herrera Beltrán, quien desde la Cámara alta construyó su candidatura a la
gubernatura de Veracruz cuatro años después.
A
pesar de ello, Dante Delgado siguió navegando con la bandera de la
socialdemocracia, el “empoderamiento” ciudadano y la oposición, ahora contra el
régimen panista en lo federal y el priista en Veracruz. Pero sin arriesgar ni
comprometerse a nada más allá que a sobrevivir y seguir viviendo de las
prerrogativas… y de las sendas “mochadas” que le pedía a todas las autoridades
que llegaban a cargos de elección popular bajo sus colores.
Para
las elecciones de 2006, el fuerte impulso de la primera candidatura
presidencial de Andrés Manuel López Obrador por el Partido de la Revolución
Democrática le permitió a Delgado Rannauro ganar su elección de senador por
Veracruz, “convirtiéndose” al lopezobradorismo desde entonces y hasta 2018.
Para
esas últimas elecciones, un diferendo en las condiciones impuestas por Morena
para coaligarse llevaron a Dante Delgado a realizar lo impensable: aliarse con
quien fue su “carcelero” 20 años antes, el ex priista gobernador panista de
Veracruz, Miguel Ángel Yunes Linares.
Movimiento
Ciudadano postuló en 2018 a Miguel Ángel Yunes Márquez como candidato a la
gubernatura a través de una coalición que, tres años después, ahora deplora
mientras hace como que “critica” a la “4t”, cuando en realidad es un “caballo
de Troya” entre la oposición, como ya algunos analistas como Salvador García
Soto habían advertido hace unos meses.
El
“juego” de Dante Delgado ha quedado expuesto más diáfanamente con la más
reciente “carta” que le dirigió al presidente Andrés Manuel López Obrador, en
la que desde ahora descalifica por completo a los partidos opositores al actual
régimen y vaticina la restauración de la “Presidencia Imperial” en México tras
las elecciones del próximo 6 de junio.
“La
coalición ‘Va por México’ es la oposición que querías y necesitabas. Una
construida con los partidos que la gente alejó del poder. Una oposición por la
que los mexicanos conscientes no van a votar. Una oposición con la que
pretendes seguir siendo amo y señor del Congreso”, le escribió Dante a López
Obrador. Ante lo cual surge la pregunta obvia: ¿para qué contiende entonces Movimiento
Ciudadano en estos comicios, si de antemano su “líder moral” ya le levantó la
mano al presidente y a su partido?
Pues
para ayudarlo a lograr ese objetivo, actuando como esquirol y minando a la
oposición. No sería la primera y seguramente ni la última vez que Dante la
traicionara. Si se traiciona con extraordinaria facilidad hasta a sí mismo…