LA ESPERANZA NOS ANIMA SIEMPRE
LA ESPERANZA NOS ANIMA SIEMPRE
Por Pbro.Juan Beristáin de los Santos
Hoy tenemos tres tipos de crisis que todos debemos resolver
con carácter de urgente: La crisis de credibilidad, la crisis de confianza y la crisis de esperanza. Estas tres problemáticas que vivimos son palpables en
algunas áreas de nuestra vida cotidiana. Es decir, no necesitamos tantas
explicaciones para entenderlas. Hoy, con mucha facilidad, se dice una cosa y se
hace otra. Se nos informa una cosa y
más tarde nos damos cuenta de otra cosa. Se hacen
promesas que, con el paso del tiempo, son irrealizables.
Ante tal situación, debemos llenarnos de esperanza e
inteligencia con el propósito de buscar el camino correcto, para corregir lo
que todavía tiene arreglo. No podemos desanimarnos ante el contexto tan difícil
en que vivimos. No debemos acostumbrarnos a vivir con lo mínimo. Tenemos
derecho a vivir con lo necesario para llevar una existencia digna del ser
humano. Siempre habrá algo mejor a lo que debemos aspirar juntos.
La esperanza cristiana nos da la confianza de suplicar la
ayuda de Dios, pues Él nos ofrece su sabiduría, para encontrar soluciones
reales a toda la problemática que vivimos en la sociedad actual. Benedicto XVI,
Papa de feliz memoria, nos dejó una clara orientación para vivir la esperanza
ante todos las problemas que debemos enfrentar y superar: “La esperanza se
relaciona prácticamente con la virtud de la paciencia, que no desfallece ni siquiera ante el
fracaso aparente, y con la humildad, que reconoce el misterio de Dios y se fía
de él incluso en la oscuridad. La fe nos muestra a Dios que nos ha dado a su
Hijo y así suscita en nosotros la firme certeza de que realmente es verdad que
Dios es amor. De este modo se transforma nuestra impaciencia y nuestras dudas
en la esperanza segura de que el mundo está en manos de Dios”. Mientras haya
vida, seguirá alumbrando la esperanza para lograr un desarrollado integral de
todos y para todos.