LA EXASPERACIÓN DEL PEJE ANTE EL DESPRECIO CIUDADANO
LA EXASPERACIÓN DEL PEJE ANTE EL DESPRECIO CIUDADANO
Línea
Caliente
Por Edgar Hernández*
En
desusada exigencia por superar los 36 millones de votos en favor de que siga López
Obrador al frente de la Presidencia, gobierno y su militancia se mueven con desesperación
en la compra de conciencias.
En
Veracruz el reto es superar los dos millones de votantes, como sucedió en el
2018 cuando la gente se volcó en favor de la causa morenista.
Hoy
con las arcas abiertas, cuentan con ingredientes adicionales ya que al compromiso
obligado, se suma la disposición del dinero público –con dispensa discrecional
de Hacienda y el SAT-, así como la total movilidad de los “Siervos de la
Nación” en abierta y violatoria campaña proselitista, así como los ya
legendarios rellena-urnas.
En
materia propagandista, el uso de recursos es ilimitado.
Plazas,
calles, carreteras y espectaculares promueven que siga López Obrador. El
volanteo, la promoción casa por casa, los spots de Morena en radio y TV y las
amenazas de que si no votas suspenden los beneficios a los de la tercera edad y
becas a los chairos, forman parte de la estrategia.
Ello
al igual que la persistente amenaza a la burocracia estatal y nacional de que
no pueden dejar de ir a votar el próximo domingo so riesgo de que serían
despedidos o aberrantes casos como los registrados en los municipios donde los
alcaldes morenos exigen a cada funcionario lleve cien votantes si quieren
mantener el empleo.
Transporte
gratuito a las sedes de las casillas, dinero a pie de urna, vigilancia de la
Guardia Nacional y el ejército de los paquetes electorales que serán trasladados
a las sedes electorales en donde recibirán una última maquillada y cifras en
donde hasta los muertos votan, son la esperanza de Morena.
La meta:
Que
la votación sea contundente, vinculatoria, que de pretexto para demostrar el
alto índice de popularidad de López Obrador, que confirme la simpatía ciudadana
y, de paso, que dé lugar a la extensión de su mandato, reelección o que
confirme que en el 2024 le van a pelar los dientes.
Pero…
Del
dicho al hecho hay un trecho. La gente, el ciudadano de a pie, ya no se traga
el garlito. Hay hartazgo, coraje. Un sentido malestar entre los sectores
productivos, sumada a una latente advertencia de Estados Unidos y sus aliados
comerciales.
La
opinión pública la tiene en contra, la prensa lo desprecia y censura, la clase
media se siente ofendida, los llamados “fifís” –que no son pocos- no lo tragan
y la academia y universidades no ven la hora de que llegue a su fin la
ignorancia que detenta como bandera del cambio.
El
sector salud no atiende ni entiende, las amas de casa hay no saben cómo salir
de sus angustias, los paterfamilias no se resignan a unos pantaloncitos un par
de “zapatitos” o una vida alejada del aspiracionismo.
Y el saqueo a las arcas que no para de cara a
gobierno quebrado.
Hoy,
si bien la chairiza representa a una parte importante de la población, el resto
–los casi cien millones de mexicanos que están en contra- son los más.
Son,
en buena medida, los que no acudirán a las urnas bajo la consigna de
#casillasvacias o el #quedateencasa.
Son
los que están hasta la madre de tanta mentira y manipulación. Los que se dieron
cuenta del cuento del “no somos iguales”. Los que apostaron y votaron en su
favor, pero ante los pésimos resultados no quieren saber más de todo lo que
huela a López Obrador.
Son
los que le van a dar la espalda.
Los
que no acudirán a las urnas. Los que saben que es un capricho, un plan con maña
no para ratificar rectificar o expulsar, sino para pulsar el ánimo de la
sociedad civil que en los hechos está harta de la violencia, de la
narcopolítica, de la corrupción y el nepotismo.
Lo
que saben que el gobierno de López Obrador está asentado en quimeras y proyectos
fallidos como el aeropuerto Felipe Ángeles en donde ni las moscas llegan o el
Tren Maya destruyendo el ecosistema o la propia refinería Dos Bocas, donde la
corrupción de Rocío Nahle y su esposo han quedado al descubierto.
A
unos días de comprobarse la indiferencia ciudadana hay un señalado nerviosismo
en las filas y la cúpula.
Se
teme que López Obrador quede como novia de pueblo.
Tiempo
al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo