LA FÁBULA
LA FÁBULA
La otra versión:
René Sánchez García
La Fábula es un texto literario breve (derivado del cuento), generalmente protagonizado por animales que hablan y actúan como seres humanos, o bien en la narración aparecen objetos inanimados personalizados, que buscan trasmitir una moraleja o consejo moral. Cada Fábula cuenta, en estilo llano, una sola y breve historia o anécdota que alberga una consecuencia aleccionadora. En este espacio deseo hacerles llegar a mis lectores, algunas de las Fábulas Clásicas más conocida, de la inspiración de Esopo, La Fontaine, Samaniego y otros.
La Espada y el Caminante. Caminando, cierto hombre halló una espada en el suelo, y preguntándole quién la había perdido, la espada respondió: -Es verdad que a mí sólo me perdió uno, pero yo he perdido a muchos. (El malo a muchos daña, pero perece al fin.)
La Mujer y la Gallina. Tenía una mujer una gallina que le ponía un huevo cada día, y creyendo que, si la alimentaba más, pondría dos huevos en lugar de uno, comenzó a darle de comer con toda abundancia. A medida que la gallina fue engordando, fue también dejando de poner, y al fin no ponía tan siquiera ni un solo huevo. (La demasiada abundancia también es perjudicial, y a veces entorpece a muchos.)
La Serpiente y la Lima. Entrando la serpiente en casa de un herrero comenzó a roer una lima que encontró, creyendo que sería cosa que pudiese comerse. Viendo su tontería, dijo la lima: -Cuán necia eres! ¿No ves que tus dientes no pueden romper aquello que deshace al mismo hierro? (Necedad grande es que los hombres débiles intenten reñir con los que son más fuertes y poderosos)
Las Manos, los Pies y el Vientre. Llenos de envidia dijeron los pies y las manos al vientre: -Tú sólo eres el que aprovecha de nuestros trabajos, y no haces otra cosa que recibir nuestras ganancias sin ayudarnos en lo mínimo, por lo tanto, escoge una de dos cosas, o tomas oficio de que te mantengas, o muérete de hambre- Quedó, pues, el vientre abandonado, y no recibiendo comida en mucho tiempo, fue perdiendo su calor y se debilitó, con lo cual los demás miembros se enflaquecieron, perdieron sus fuerzas y poco después les llegó la muerte. (Lo mismo en el cuerpo humano que la sociedad, unos miembros sirven a otros y todos se sirven mutuamente. Nadie se basta a sí mismo para todos)
La Mona y la Zorra. Cierta mona solicitaba a una zorra que, puesto que tenía una cola tan larga, le diese un pedazo para cubrirse sus posaderas. –Ya ves, amiga –le decía, que tienes demasiado rabo, y que yo no tengo el que necesito. Echóse a reír la zorra al oír esto y contestó: -Aunque tuviese cien veces más cola de la que tengo, y tuviese que arrastrarla siempre entre todos y espinas, no te cedería el pedazo de cola que necesitas. (Son muy pocos los que dan a los necesitados de lo que les sobra).
Damos continuación al tema de la semana pasada, que detalla lo que debe entenderse como la Fábula, que es uno de los muchos géneros literarios y seguimos narrando algunos de los textos escritos más conocidos dentro de dicha literatura fantástica.
El Anciano y sus Hijos. Un labrador anciano que tenía varios hijos, enemistados todos entre sí, se valió del siguiente medio para hacerlos entrar en razón y avenirlos. Congrególos a todos, y mandado traer una porción de varas, las reunió en un solo haz, y preguntó cuál de ellos se atrevía a romperlas. En balde lo intentaron uno tras otro, sin poder conseguirlo, y entonces el padre, desatando el haz, les manifestó cuán fácilmente se rompía cada vara estando sola. De esta manera –les dijo-, nadie podrá venceros si estáis unidos, hijos míos, pero si estáis divididos y enemistados, el primero que quiera haceros mal, os perderá. (La unión hace fuerte a los débiles, y la división convierte en débiles a los fuertes)
La Zorra y el Busto. Halló cierta zorra un busto en medio del campo, y después de haberle registrado y olido, viendo que no tenía sentido, dijo: -Tu cabeza es hermosa, pero ¡qué lástima que no tenga seso! (Lo mismo sucede entre los hombres, la hermosura sin prudencia es un busto sin entendimiento)
El Gallo y la Marcasita. Revolviendo cierto gallo el basurero, encontróse una piedra preciosa, y viéndola en sitio tan inmundo, le dijo: -Cómo estás entre el estiércol? Si te hubiese hollado algún platero se habría alegrado sobremanera y te hubiera devuelto el brillo, pero yo en balde te encuentro, porque de nada me sirves. (Así son la ciencia y la sabiduría, para los necios e ignorantes en nada las estiman)
El Perro y el Pedazo de Carne. Pasando por la orilla de un río, cierto perro que llevaba en la boca un pedazo de carne, vio el reflejo de ésta dentro del agua, y pareciéndole mayor, soltó, para cogerle, el trozo que tenía en la boca, quedándose así, sin el verdadero y sin el falso. (Esto sucede siempre al codicioso, que pierde lo propio queriendo apoderarse de lo ajeno)
El León y el Asno. Encontrando un asno a un león en plena campiña, le dijo con cierto aire de burla y riéndose: -¡Dios te guarde, amigo! Indignóse el león y le contestó: -Miserable, no quiero manchar mis dientes con tu sangre, aunque merecías muy bien que te despedazase. (A los ignorantes y necios debemos perdonarlos)
La Zorra y las Uvas. Contemplaba una zorra los racimos de uvas ya muy maduras que colgaban de una hermosa parra, y deseando comérselas no sabía cómo hacer para alcanzarlos. Viendo que no era posible cogerlos de modo alguno, de modo alguno y que se le frustraba su vehemente anhelo, dijo para consolarse: -No quiero estas uvas, porque están verdes. (Prudencia es a veces manifestar no apetecer, lo que se ve imposible de conseguir)
Los Dos Cangrejos. Decía un cangrejo a su hijo, que observaba con las piernas torcidas, defecto del que deseaba se corrigiese. –Madre mía –respondía el hijo-, yo no hago sino lo que veo que hacéis vos. Si andáis de la misma manera ¿cómo queréis que yo me corrija? Vos debíais haberos corregido primero. (Antes de reprender a otros, debemos procurar corregirnos nosotros mismos)
Espero en verdad hayan sido de su agrado estas fábulas o experiencias de vida. Feliz Año 2025 para todos mis lectores y amigos.