LA GRACIA DEL ALTÍSIMO
Pieter Van der Möeren —nacido a finales del siglo XV—, extraordinario flamenco de la orden de los franciscanos, después de servir al reino español, llega a América, donde inmediatamente se enrola a atender las encomiendas que le proponen, para que se haga cargo de la formación de gremios y de paso ofrendarse en cuerpo y alma, a la educación en el México colonial.
Recién desempacado en Tezcoco, inicia su actividad fundando ahí mismo, un convento. En una intensa campaña de apostolado, atrae la atención del capitán general don Hernando Cortés, e inmediatamente éste, le asigna el chingo de cargos. Le llamaron FRAY PEDRO DE GANTE, nombre que alcanza, al aplicarse como constructor de escuelas, hospitales y librerías, pero sobre todo, se ganó a pulso la popularidad, por la dedicación a la evangelización y protección de los indígenas.
LA CRUZ DE CRISTO, fue indispensable en todas sus diligencias, es por ello que, según las viejas crónicas, se le atribuye la práctica de colocar UNA CRUZ ADORNADA EN LO ALTO DE LAS OBRAS EN PROCESO, aclamando con rezos y cantos, LA GRACIA DEL ALTÍSIMO.
Amigos: casi cinco siglos de esta bellísima tradición, y los que nos dedicamos a la construcción, rogamos la bendición de DNS, para seguir “parando Cruces” durante varios años más.
Recuerden: “El trabajo más productivo es el que sale de un hombre contento”. Por favor, tengan un feliz inicio de semana.
Ánimo Ingao….!!!
Con el respeto de siempre Julio Contreras Díaz
El DJ, les envía una cruz… de olvido, y con mariachi…