LA GRATUIDAD DEL DON DIVINO VENCE LA DIVISIÓN Y EL ENCONO
LA GRATUIDAD DEL DON DIVINO VENCE LA DIVISIÓN Y EL ENCONO
Es
necesario vivir bien no sólo material, sino también espiritualmente, teniendo clara una meta que dé sentido a la existencia personal y comunitaria. El Evangelio de San Juan (4, 7-42) muestra la propuesta de Cristo para encontrarle
sentido a la existencia humana, teniendo sed de Él. La sed de la que habla Cristo es una sed existencial
que sólo se puede saciar haciendo converger
la vida humana en dirección de la gratuidad del don. Tener sed es tener sed de Él. Se trata de salir de uno
mismo, para ir y buscar hacer realidad el
proyecto de Cristo que sacia todo anhelo humano de justicia, verdad, paz y solidaridad de todos para con todos. En esta sociedad veracruzana tan empobrecida,
injusta y polarizada es indispensable reconocer el don de la existencia como un regalo
divino.
Tener
sed de Cristo nos hace superar
diariamente la tentación de la auto referencialidad
que tanto enferma y tiraniza a las personas y a la sociedad mexicana. Tener sed de Cristo es vivir con
una fuerza interior que permite acabar
con la mentira, el encono y la división para buscar, todos sin exclusión de nadie, proyectos sellados con el bien común. Pensar en los propios intereses y proyectos, sin diálogo inteligente y escucha atenta a los
demás, aniquila y extermina de un solo golpe la base fundamental que impulsa y vigoriza todo proyecto comunitario consensuado por pobres y
ricos, sabios e ignorantes, creyentes y no creyentes.
El
Papa Emérito, Benedicto XVI, en su carta Caridad en la Verdad indicó y afirmó la propuesta de la lógica del don:
“La caridad
en la verdad pone al hombre ante la sorprendente experiencia del don. La gratuidad está en su
vida de muchas maneras, aunque
frecuentemente pasa desapercibida debido a una visión de la existencia que antepone a todo, la productividad y la
utilidad. El ser humano está hecho
para el don, el cual manifiesta y desarrolla su dimensión trascendente” (Número 34). La gratuidad
del don divino es el camino sinuoso y arduo que nos llevará un progreso solidario y a la abundancia de oportunidades,
para que vivamos con dignidad. La gratuidad vivida en todos los niveles de la sociedad es el camino seguro para alcanzar el verdadero progreso de todos y para todos.
Pbro. Juan Beristain de
los Santos