LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL PUEDE SER UNA SOLUCIÓN PARA EDITORES
LA IA PUEDE SER UNA SOLUCIÓN PARA EDITORES
· Una de las charlas alrededor del libro
electrónico demostró con casos reales que quizá la IA no es tan mala noticia,
después de todo
Guadalajara, Jalisco, 2
diciembre de 2024.- Dentro de las Actividades del Libro Electrónico en la Feria
Internacional del Libro de Guadalajara, Xavi Fàbrega, quien se encargó de
coordinar la transformación digital de uno de los tres principales editores de
libros de educación básica en España, quiso dejar un mensaje muy importante: la
inteligencia artificial (AI) es una herramienta muy poderosa, pero no hay que
verla como algo que sustituirá a todas las personas involucradas en la creación
de un libro, sino más bien como una solución para hacer la producción más ágil
y fluida, menos costosa y sin tantas tareas repetitivas que sólo consumen
tiempo.
Fàbrega expuso su punto en la
charla “Empoderando a las editoriales: transformando la creación de contenidos
con Edubook IA”, en la que compartió cinco casos de éxito que tuvo en Vice
Vives, empresa edita libros de texto.
El primer caso fue el
desarrollo de contenido digital de los libros de texto para que estuvieran
disponibles en formato electrónico gracias a un flujo de trabajo unificado, que
corría al mismo tiempo que la creación del libro en físico, con un plugin del
programa InDesign que etiquetaba los contenidos semánticamente para que futuras
acciones con ese texto pudieran automatizarse. Así, cuando el libro físico
estaba listo, el electrónico también lo estaba para cumplir con otros
proyectos.
El segundo caso de éxito fue
el diseño de actividades relacionadas con el libro de texto, que se crean en
cuestión de minutos cuando un editor o editora pide cumplir con ciertos
objetivos de un plan de estudios. Gracias a esas etiquetas semánticas, la IA
busca las secciones pertinentes, las analiza y propone lo que puede reforzar al
aprendizaje. De crear alrededor de 200 actividades al mes, aumentaron hasta
crear 1,500. Algo parecido sucedió con el sistema de evaluación, el tercer caso
de éxito, que podía modificarse según las necesidades docentes y unificaba
todas las herramientas necesarias para medir el desempeño de sus estudiantes.
El cuarto se concentró en una
manera más óptima para subtitular videos. La normativa en Europa le pide a los
creadores de contenido que, para el 2025, todos los materiales audiovisuales
tengan la opción de subtítulos para hacerlos más accesibles. Antes se hacía a
mano, pero con la IA se pudo hacer más automatizado, sobre todo para encuadrar
las frases y hacerlas aparecer en el fotograma correcto para evitar confusiones
que suelen ocurrir en los videos de redes sociales, cuyos subtítulos son
también automáticos, pero con errores gramaticales o confusiones por la captura
deficiente de audio.
El quinto y último caso de
éxito de la charla (mas no el último de su estrategia de digitalización con IA,
según dijo Fàbrega), es el desarrollo de materiales didácticos complementarios,
esos que agregan valor a los programas de estudio. Como parte del proyecto, que
no ha cerrado sino que lleva apenas unas pocas semanas, se creó un asistente
para el editor o editora que le ayuda a crear propuestas para que no tenga que
empezar desde cero. La persona selecciona temas y objetivos, el asistente rastrea
los libros y selecciona las rúbricas que pueden funcionar.
Gracias a esta estrategia de
digitilización y automatización se desarrolló un ecosistema de herramientas
apoyadas con Adobe que ahora también han trabajado con otras editoriales,
además de lanzar EduBook, una plataforma pensada en docentes para integrar
todas sus herramientas, libros digitales y dispositivos para realizar mejor su
trabajo.
A lo largo de la charla,
Fàbrega hizo énfasis en un punto: la IA es útil, pero no puede funcionar por
sí misma porque no distingue lo que es verdad o los errores que pueden ocurrir
en el lenguaje humano. Por lo tanto, en lo que respecta a la industria de
los libros de texto, la figura del editor o editora sigue siendo muy importante
para ajustar y asegurar que los contenidos están cumpliendo con estándares de
calidad y los objetivos que necesitan. Lo ideal es que se logre un flujo de
trabajo híbrido, en el que la IA resuelve tareas para ahorrar tiempo, y las
personas pueden hacer mejor sus funciones. «Es una solución por y para
editores», dijo. Así que el mensaje inicial quedó claro y no dudó en
reforzarlo: «Don’t panic».
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Cortesía FIL Guadalajara