LA LITERATURA FANTÁSTICA
La otra versión:
LA LITERATURA FANTÁSTICA
René
Sánchez García
Muchos, muchísimos años antes de que
apareciera la corriente literaria en algunos países
latinoamericanos, que lleva por nombre Realismo
Mágico, en donde el recurso de la ficción, que no es una mentira, sino otra
forma de verdad; ya existía entre nosotros lo que se conoce como Literatura Fantástica, que es un género
literario “representado por las irrupciones de la fantasía creadora y la
intuición artística en lo desconocido, lo inexplicable, lo misterioso y lo
sobrenatural”.
Mientras que en el
Realismo Mágico se nota crudamente y de manera escrita en relatos, novelas,
cuentos, poesías e incluso de forma visual en películas; aquí aparece la
ficción en toda su expresión como un escape de la realidad y como una forma de
explorar los rincones más profundos del deseo humano, o como diría Vargas
Llosa: “en la creación y consumo de ficciones, no sólo buscamos evadirnos, sino
también comprendernos mejor, porque cada historia refleja en el fondo, un
anhelo, un miedo o una verdad oculta sobre quienes somos”.
Las historias escritas de
la Literatura Fantástica están ligadas a los miedos, a los fantasmas, a los
sueños, a la suerte, a las telarañas, a los muertos, a las apariciones, a los
extraños sonidos del aire, a todo eso de las tormentas, al ruido de cadenas, a
los viejos castillos abandonados, a las sorpresas inesperadas, a los olvidos, a
viejas casonas llenas de misterios, etc. “Son relatos que nos sacan de lo
cotidiano y nos sumergen en nuevas y estremecedoras dimensiones, más allá del
tiempo y del espacio. Subimos a los cielos, bajamos a los infiernos, convivimos
con fantasmas, experimentamos el poder de prodigiosos talismanes, penetramos en
los más íntimos recovecos de la personalidad humana”.
Un buen libro que nos
ayuda a esclarecer lo que verdaderamente esta corriente literaria de antaño es: Antología de la literatura fantástica (México, 2017, Ed. Debolsillo, 407 p.), compilado por Silvina Ocampo, Jorge
Luis Borges y Adolfo Bioy Casares. Aquí no sólo encontramos los orígenes
históricos, que se remontan a los chinos que fueron especialistas, “sino
también en Zendavesta, en la Biblia, en Homero, en Las mil y una noches, y hasta en muchos libros de filosofía que son
ricos en fantasmas y sueños. En otras obras escritas desde el siglo XIV hasta
el XIX”, donde se desvanece dicha creatividad.
He aquí dos ejemplos de
Literatura Fantástica: “Una mujer está sentada sola en su casa. Sabe que no hay
nadie más en el mundo: todos los otros seres han muerto. Golpean a la puerta.
(Sola y su alma, de Thomas Bailey Aldrich, 1912). El otro ejemplo: “Refería
Thomas Traherne que, estando en cama, vio una canasta que flotaba en el aire,
junto a la cortina; creo que dijo que había fruta en la canasta: Era un
Fantasma”. (En forma de canasta, de John Aubrey, 1696).