La lucha Yu-Ju
La lucha Yu-Ju
Por Salvador Muñoz
La disputa por la candidatura a la
alcaldía del Puerto jarocho entre los Rementería y los Yunes se puede
considerar normal porque es seguro que este escenario se repita, no sólo en el
PAN, sino en distintas fuerzas políticas, en los 212 municipios de la entidad.
Lo que no se puede considerar “Normal”, es la exhibición de vísceras, de
enconos, de sus rencores, tanto de un lado como del otro. Preciso: No se puede
considerar “Normal” en estos momentos, cuando se tiene a la vuelta de la
esquina una de las pruebas de fuego para la “Oposición”, en la era de la Cuarta
Transformación.
El duelo en redes sociales que se dio
la noche del lunes entre el Senador Julen y Fernando, el alcalde de Veracruz,
deja entrever que esa fisura que inició en el Congreso local con la división de
diputados albiazules, hoy, con este último desencuentro entre porteños, deja en
claro que ya es comparable con el Gran Cañón del Colorado.
Agregue a esta fractura, otra
exhibida: pareciera entonces que Joaquín Guzmán Avilés, dirigente del PAN, es
incapaz de llamar a las partes y poner fin a este conflicto que lejos de
exponer el músculo de uno como del otro, exhibe un panismo dividido en una de
las zonas más emblemáticas de Acción Nacional, como es la zona conurbada.
Si algo pudiera preocupar esta riña
política entre los Rementería y los Yunes, es que pase del Puerto a otros
puntos de la entidad aunque quizás esto, ya sea demasiado tarde para
preocuparse y lo mejor sea, ocuparse de esta división panista, que si fuera el
Coronavirus, enmarcaría a la entidad con bandera roja: ¡la fisura está
expandida!
Queda claro que al interior del PAN
ocurrió lo mismo que pasa en muchos partidos, y surgieron grupos, tribus,
hordas con sus “ismos” y sus respectivos cotos de Poder. ¡Vamos! El mismo
dirigente del PAN tiene su fuerza en Tantoyuca como el mismo Yunes lo tiene en
el Puerto, como quizás lo tenga hasta cierto punto el aliado García Escalante
en Pánuco (nos referimos a Ricardo), Jorge Vera en Álamo, los Mancha en Tuxpan,
o en Huatusco, Víctor Serralde, por citar algunos. Es considerado hasta cierto
punto normal estos liderazgos regionales y más cuando por la naturaleza de
alguno de ellos, está el deseo de acrecentar su poder… aunque en ello, se
olvide la política, el quehacer político y se pase a la politiquería.
Tratando de comprender a los
protagonistas del escándalo panista, pudiéramos decir que se entiende el afán
por llevar cada uno a su candidato o candidata por la alcaldía. No es para
menos. Si me apuran, podríamos ver a Veracruz como la Joya de la Corona del
panismo, como puede ser Orizaba para el priísmo o Xalapa, Coatza o en un
momento dado, Poza Rica para Morena… ¿qué militante no quisiera tener en sus
manos el tesoro más preciado de su partido en sus manos?, aunque, insisto, los
modos, las formas, en este caso, tanto de Julen como de Nando, políticamente no
sean las correctas… ¡claro! para los medios, su papelazo lo agradecemos, dan
“carnita”, dan motivo para estas líneas, o lo peor, dan pie a que el partido en
el poder, se regodee viendo cómo sus contrincantes, sus rivales políticos, “la
oposición”, se destroza en redes sociales, exhibe sus vísceras, enconos,
rencores y ellos, el Poder, desde la barrera ven los toros… o los bueyes.
Hasta el momento, exponemos “el lado
positivo” de esta pugna entre porteños… el asunto es ser malicioso, y encontrar
el lado negativo de esta confrontación entre los Yunes y los Rementería: más
allá de una candidatura, un apellido o un partido, está en juego más de dos mil
millones de pesos anuales de presupuesto, de los más jugosos que hay en la
entidad… luego entonces, con qué nos quedamos: ¿con una pugna política… o una
lucha por el poder económico que implica el ayuntamiento de Veracruz?