LA MAESTRA ESTHER HERNÁNDEZ PALACIOS
LA MAESTRA ESTHER HERNÁNDEZ PALACIOS
Por René Sánchez García
Quienes nos iniciamos laboralmente en la
docencia y la investigación allá por los mediados de los años setenta del siglo
pasado, en las nuevas instalaciones de la Unidad de Humanidades de la
Universidad Veracruzana, recordamos perfectamente los inicios profesionales de
la Dra. María Esther Hernández Palacios
Mirón (1952-2023), quien el domingo pasado falleciera a causa de una penosa
enfermedad que le aquejaba desde hace algunos años. Ella nació en la ciudad de
Xalapa, donde realizó sus estudios elementales, así como la licenciatura en
Letras Españolas dentro de la propia Universidad. Fue hija del ex rector de
esta Casa de Estudios, el Lic. Aureliano Hernández Palacios y de la Profesora
Ma. Luisa Mirón.
Según cuentan, desde niña y demás años,
sobresalió por su inteligencia y su inclinación hacia estudio, la lectura, la
escritura, pero sobretodo por el gusto de la música y la poesía, mismas que
complementó más tarde con la investigación hacia la lectura de los mejores
escritores latinoamericanos, así como su pasión por la docencia, la publicación
de una extensa obra escrita literaria (poética, histórica y crítica) propia y
la de ser siempre una madre ejemplar. Ella realizó sus estudios de maestría en
Lingüística en la Universidad de Toulouse, Francia, así como su doctorado en la
Universidad Iberoamericana, donde sobresalió por sus aportaciones a la
literatura.
La recuerdo siempre adscrita al Instituto de
Investigaciones Lingüístico-Literarias de la Universidad Veracruzana en su
calidad de investigadora, así como en la plantilla de docentes en la Facultad
de Letras Españolas de la propia Universidad, durante sus 30 años de actividad
académica; desde donde formó parte de la creación de los estudios de maestría
que imparte dicho instituto y de donde dio a luz casi toda su obra escrita. Su
inquietud la llevó a organizar todos los años una serie de Coloquios,
Simposios, Encuentros Culturales, Conferencias, etc. Al igual como lo hizo
siendo becaria del Colegio de México, de la Fundación Fullbright y del Fondo
Nacional para la Cultura y las Artes.
Ella y sus hijas, a inicios de este nuevo
siglo, vinieron a radicar a la ciudad de Coatepec y hace muy poco en la
localidad de La Orduña de este mismo municipio veracruzano. Por las fotografías
que se publican en las redes, donde se le ve en su calidad de escritora y madre
de familia, se nota el gusto por el verde de la naturaleza, la belleza de las
flores y las aves cantoras. Desde que sufrió la pérdida de su hija Irene
Méndez, la maestra Esther se convirtió en una verdadera defensora de los
derechos de las mujeres, denunciante de la inseguridad en Veracruz, así como “levantar
la voz y hablarle de tú por tú al dolor”. En una próxima entrega les hablaré un
poco acerca de su obra escrita de esta excelente mujer.
QEPD