La muerte de la frágil democracia
La muerte de la frágil democracia
Por
Aurelio Contreras Moreno
A
dos semanas de que se lleven a cabo las elecciones intermedias de sexenio y
varias del orden local, el saldo de mes y medio de campañas ha sido un
quebrantamiento e inobservancia generalizados de la legalidad como no se habían
vivido desde los años 80, todavía en la época del PRI todopoderoso y
autoritario.
La
manera como se ha violado la ley consuetudinariamente desde la misma
investidura presidencial, pasando por los gobiernos estatales y municipales,
los congresos y los actores políticos de prácticamente todas las
denominaciones, es una muestra nítida de los tiempos oscuros que se viven en
México, cuya clase política gobernante y opositora es de las peores de la
historia reciente del país.
La
aceptación abierta del presidente Andrés Manuel López Obrador de que se
entromete –y con ello, viola la Constitución que juró defender- en el proceso
electoral sin que haya más consecuencias que exhortos, recomendaciones y uno
que otro regaño llenos de pavor ante la predecible respuesta iracunda del poder,
abre la puerta para que todos ignoren y violenten el orden legal y enrarezcan
aún más el clima, de por sí crispado y propenso a la violencia, que recorre
todo el territorio nacional.
En
medio de ello, pero bajo la misma lógica electoral, se emprenden persecuciones
políticas disfrazadas de querellas judiciales, en las que más allá de si
existen o no elementos para proceder, lo que es palpable es la aplicación de la
ley con diferente rasero y el uso faccioso de las instituciones de procuración
e impartición de justicia.
Así,
se gira una orden de aprehensión contra el gobernador panista de Tamaulipas pero
se ignoran y no se investigan las aportaciones ilegales de dinero que recibió
en Chiapas el hermano del presidente de la República; desde el “púlpito”
presidencial se ataca a candidatos opositores en Nuevo León, pero se defendió
hasta la ignominia al abanderado del partido oficial en Guerrero a pesar de los
múltiples señalamientos en su contra como agresor sexual.
En
Veracruz lo mismo se encarcela a un opositor usando un tipo penal violatorio de
derechos humanos, que se “invita” a los burócratas de los gobiernos del partido
en el poder a invertir sus días libres en actos proselitistas de los candidatos
oficiales. Y ni qué decir de la conducta reiterada del gobernador, quien ocupa
sus redes sociales oficiales para difundir “spots” en los que se promociona
obra pública de su gobierno, con logos oficiales incluidos, en plena veda
electoral, en más de una ocasión, sin que haya autoridad que sancione la
violación sistemática de la normatividad. Todo mundo hace lo que se le pega la
gana.
Y
ello va de la mano con el denuesto permanente que del árbitro electoral se hace
desde la cúpula del poder en México. El Instituto Nacional Electoral se
encuentra bajo un bombardeo inclemente, cuyo único objetivo es no solo
debilitar a esta institución para tomarla por asalto y apoderarse nuevamente
del control de los comicios como antaño, sino preparar el escenario para “reventar”
las elecciones de dentro de dos semanas.
Las
tendencias siguen mostrando una caída estrepitosa de los candidatos de Morena
en todos los procesos electorales en curso, como principal consecuencia del
“Waterloo” que les representó el colapso en la Línea 12 del Metro. Entonces, ante
la expectativa de una derrota que dé al traste con el proyecto de instauración
del nuevo sistema de partido hegemónico que busca la “4t”, ¿qué podría
impedirles desconocer los resultados y a las autoridades encargadas de
avalarlos? No sería la primera vez que lo hicieran. En eso han basado todo su
capital político los últimos 15 años. El respeto a las reglas nunca ha estado
en el horizonte del lopezobradorismo.
Solo
que si eso sucediese ahora que son gobierno, el resultado podría ser, sin
dudarlo, la muerte de la frágil democracia en México.
Los Yunes no viven en Veracruz
Y
sí, en todos los partidos violan la legalidad. Como en el PAN. Ni Miguel Ángel
Yunes Márquez ni su esposa viven en el municipio de Veracruz. Todo mundo lo
sabe en su zona y más allá. No les va el papel de “mártires” de la democracia
tampoco.