La mujer como espejo hacia el camino de la fe.
La mujer como espejo hacia el camino de la fe.
Por Psic.
Anilú Arechavaleta González
Cuántas
veces pensamos la importante labor de cada uno de los integrantes de una
familia, cada uno tiene un valioso papel, el eje principal son esas dos figuras
de las que nace la idea de crear, dar vida a otros, conformar una familia llena
de valores. El hombre en su papel encargado de proveer, proteger, dar seguridad
y fortaleza a todos los miembros de la familia, es apoyado por la docilidad y a
su vez fuerza y determinación de la Mujer, el lado femenino, amor, dedicación y
entrega hacia cada uno de los que forman la célula llamada familia, es
importante recalcar el mérito que merece la mujer como compañera, guía, ama de
casa, aquella que da contención, amor y protección, durante todo el tiempo,
ella quien aconseja y ayuda con visión a todos a su alrededor, a quien acuden
todos en cualquier momento que necesiten apoyo y amor incondicional, que guía
con fe y amor desinteresado, ese amor que consuela y acepta por sobre todo, quien
ayuda y muestra con claridad el camino menos doloroso, la que abraza sin pedir
reciprocidad cuando más lo necesitas, por ello y más la FE de una madre, esposa,
compañera, es sorprendente, es la fuerza de creer aunque no hayas visto, es
tener la convicción de que todo saldrá bien, esa confianza en que se hace lo
que está bajo tu control y lo demás con fe, lo sueltas y deja que fluya con la creencia
que estará bien, que todo se resolverá de alguna u otra forma, es la fe, el
desprendimiento, la entrega y pasión que caracteriza a la mujer como guía de
amor en la familia, la fe que emerge cuando abandonas el ego y crees en algo
superior que surgirá a tu auxilio, ese pedimento de una mujer, madre que se
entrega al poder y fuerza de algo maravilloso, que siempre se muestra
expectante y dispuesta a orar y guardar siempre una palabra de aliento a sus
seres queridos, allí donde anidan las virtudes esperanza, templanza, justicia,
honestidad y sabiduría que englobadas denotan la fuerza y valor que guía y transmite
esa fe sin palabras, ella muestra y encamina a su familia con su fe hacia la
senda del amor y la grandeza humana que yace dentro de cada uno. Al final es
esa fuerza de creer sin ver, eso intangible que suele aparecer en el corazón de
cada mujer junto a su compañero, logran unificar y fortalecer a la familia.